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Mala, la peor hasta el momento, corrida de Montalvo; los ejemplares, entre correcta y parcamente presentados se mostraron ayunos de casta y escasitos también de fuerza. Ley de Murphy. Manolo Sánchez, saludos y saludos tras aviso. Leandro, oreja tras aviso y saludos. Joselillo, saludos y vuelta. Leandro pasea el premio obtenido
Acudían los tres matadores locales, cada uno en su estilo, con una enorme ilusión por que saliera un toro que permitiera el triunfo, ese triunfo que aun no había llegado de forma rotunda en la feria y que, sobretodo a Leandro y Joselillo, les podía otorgar mucho, mucho que además es lo que merecen como justa recompensa a todo su esfuerzo y dedicación, que además van acompañados de dosis desmedidas de regusto y valor frío, y seriedad y valor castellano respectivamenteque, y que tarde o temprano han de encumbrarles definitivamente.La valentía y disposición de Joselillo le llevaron a recibir dos buenos sustos Leandro, por cierto, recogió en el inicio de la feria el Trofeo al Arte con el que la empresa y el Ayuntamiento designan bajo el membrete del Museo del Toro, la mejor faena del ciclo, en este caso del de 2008, en el que tuvo una labor completísima con un toro de Torrestrella que salió curiosamente como sobrero en la corrida de Baltasar Iban. Hoy sin embargo la suerte ha sido otra. Lo más reseñable, en definidas cuentas, el valor y la predisposición de Joselillo y Leandro, aderezado además en el caso de éste último con la finura y el sabor añadidos de su toreo, y la elegancia y solvencia de Manolo Sánchez, eso si, con algo de pulcritud. Clase y finura en el inicio de la madia de Leandro Joselillo, descalzado, muy serio al natural Leandro en un natural exquisito Joselillo doblándose con torería Fotos: Guillermo Domínguez, www.nazarenoyoro.es |
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