Con lleno hasta la bandera, no cabía un alfiler, se han lidiado toros de El Pilar justos de presencia y faltos de raza; 4º y 6º peligrosos; el segundo bis, de la ganadería de “El Tajo” con fondo de casta.

Finito de Córdoba, pitos, bronca tras tres avisos y ovación 

José Tomás, dos orejas y dos orejas

Curro Díaz, dos orejas en el único que mató.

Los linarenses se sentían felices al ver recoger a Curro, de manos del alcalde de esta ciudad, su primer trofeo Manolete conseguido en la pasada feria del 2008. Acto seguido el coso de Santa Margarita se convertía en un vivero de sensaciones. Tres faenas de distinto corte y calado e intensas; un toro devuelto al corral y una cogida que estremeció y dejó mudos a los aficionados presentes harán que la tarde no se olvide con facilidad. La tarde quedó convertida, por la apatía o impotencia de Finito, en un épico mano a mano entre José Tomás y Curro Díaz.

Los toros de “El Pilar”, además de una presentación rayana en lo mínimo, y varios toros con sus defensas bajo sospecha, han mostrado un comportamiento extraño; al menos, tres de ellos parecieron reparados de la vista y se mostraron abantos y faltos de fijeza con un comportamiento alocado llevándose a los toreros por delante.

José Tomás a la verónica

José Tomás, a su primero, de nombre Bellito -y lo era- lo lanceó con gusto y reposo a la verónica clásica, ganando terreno y toreando sobre el compás. La faena había cogido tintes interesantes. Bellito, tras perseguir a Ricardo Izquierdo se partió un pitón por la cepa y generosamente fue devuelto al corral. En su lugar salió a la arena Listillo de la ganadería de “El Tajo”, un jabonero sucio, terciado, armado en delantero y astifino. Mostró casta Listillo desde la salida, agobió a José Tomás en los lances de saludo y casi lo desarma. Apretó con casta en el caballo recibiendo un largo y duro puyazo. Por bajo, y bajo un absoluto silencio, inició José Tomás el trasteo de muleta. En los medios, desde la primera tanda de redondos, Tomás advirtió a Listillo que quién mandaba allí era él, el toro se ceñía ligeramente por el lado derecho, por el zurdo se abría y la faena perdía interés y hondura. Y hete aquí que el de Galapagar le plantó y fundamentó su faena por el diestro. Tenía más emoción. La faena fue corta pero intensa, cuatro tandas de redondos asentado sobre las zapatillas y con el pulso frío fueron suficientes para conquistar Linares. El pase de las flores encadenado con un cambio por la espalda, antes de unas manoletinas pavorosas, fue el broche de un trasteo intenso, que le faltó continuidad en momentos premiado en exceso, tanto por los apasionados tomasistas que jalearon sin cesar, como por la otorgación de una segunda oreja. Una estocada hasta la gamuza en los rubios, mandó a Listillo en cobarde huida hacia toriles herido de muerte.

Curro Díaz había toreado a su primer toro de ensueño, el pique estaba servido...

José Tomás con la diestra

José Tomás no se distingue precisamente por venirse abajo. Saltó Dudanoche a la arena y fue protestado por falta de presencia, era una sardina que se tapaba por su astifina cara. No se entregó en los lances a pies juntos de José Tomás y anduvo suelto hasta el comienzo del último tercio. Abanto de salida y huidizo, hubo de ser picado en terrenos de toriles bajo un espantoso desorden. Quitó a la verónica a pies juntos José Tomás en un largo quite abrochado con una templada revolera. Apretó en banderillas el vareado toro de El Pilar, y se lució José Chacón en dos formidables pares por lo que fue obligado a desmonterarse. A su primero lo había lidiado José Tomás con cabeza y corazón, a éste lo toreó con gusto. Cinco estatuarios, el de la firma y un pase de pecho templado arrancaron las notas de “Manolete”. Citó de largo en dos tandas de redondos trazados con temple, ligeramente tocados hacia fuera, abriendo la puerta; en la segunda, Dudanoche hizo amago de rajarse. A partir de aquí la faena fue creciendo en intensidad, basada toda sobre la mano izquierda y sobre un puro argumento. La tercera y última tanda fue la más compacta, con el compás abierto y mandando en la embestida: disfrutando. Una estocada caída que produjo vómito no fue óbice para que a sus manos fuesen a para las dos orejas. La plaza era un clamor.

Curro Díaz al natural

Dos tremendos sustos se ha llevado el torero de Linares esta tarde, uno en cada toro, en su segundo de infarto. Medicito fue el primero que tocó en suerte a Curro, lucía pelo colorao, era estrecho de sienes y poco ofensivo. Medicito fue uno de esos toros que mostró un extraño comportamiento, parecía desparramar la vista, tras varias coladas imprevistas e ilógicas, cogió a Curro Díaz por el pecho y estuvo a punto de herirle. No se amilanó Curro y, tras el percance, apretó los puños en un gesto de autoestimulación y se sintió de nuevo en la plaza. También, como su hermano anterior, Medicito fue picado próximo a toriles, justo en la puerta de arrastre, Valle Quinta le dio más que a un tambor. En banderillas siguió incierto y sorprendiendo a los rehileteros. El toro, que había tenido un comportamiento extraño, empezó a embestir con calidad en la muleta. Y “pá” calidad la de Curro, tres pases por bajo con gusto y uno de la firma fueron suficientes para que el coso de Santa Margarita estallase en rotundos olés. Encajó Curro las caderas, y sobre ellas, trazó dos cadenciosas tandas de redondos. La plaza, ahora era un vergel aromático. A ralentí siguió Curro con la diestra, el callejón miraba perplejo, el tendido enronquecía y se arrancaba los cabellos. El toreo se había hecho presente. Una tanda con la zurda, en la que el toro le costó perseguir la pañosa, la abrochó con un escultural farol. Todo lo que hacía Curro brotaba agitanado, sentido. Un molinete sedoso, templado, abría paso a la última tanda de redondos ora más largos, convertidos casi en circulares, rítmicos y a compás. Patas arriba, de estocada entera en el hoyo y cobrada a cámara lenta, dejó a Medicito Curro Díaz. Qué bien me sentí... había visto torear.

Gran estocada de Curro Díaz

En el sexto se mascó la tragedia, Dudador, y así fue, además de un criminal, arroyó a Curro camino de la querencia de toriles por el pecho y le dejó inerte en el centro del anillo, nos temimos lo peor; sí, lo peor... El rictus pavoroso de los espectadores, lanzaba un mensaje de tragedia... olía a éter. 

Un buen redondo de Finito

Finito había despachado a su dos toros con más pena que gloria, su segundo se le fue vivo al corral tras los tres avisos; y a éste, a base de sobreponerse sacó fuerzas y le mando al desolladero. José Tomás puso orden en el tercio de varas que por momentos se había convertido en una cacharrería, las protestas acompañadas de una lluvia de almohadillas se mezclaban con las coladas en falso de Dudador -el criminal-, que apunto estuvo de hacer sangre en Finito, en Montiel, en Rivas y algún otro; todo eran coladas alocadas. Se serenó Finito y sacando fuerzas de flaqueza pasó con dignidad al del Pilar en varias tandas de redondos, algunas de ellas espatarrado que  hicieron cambiar al también, enloquecido público.

Lo dicho, la tarde no fue de Finito, no se encontró con ninguno de sus dos antagonistas, al primero de nombre Dulce, de pelo negro gargantillo, lo lanceó con buen trazo pero le faltó decisión para ganarle terreno. Tanto el tercio de varas como el de banderillas habían sido desastrosos e inició Finito con suavidad intentando convencer al toro que andaba falto de casta. Lo pasó entre dudas por el derecho, robándole algún muletazo de interés, aunque en general: mecánico y dubitativo. El toro noble y soso, contagió -o se contagiaron- al torero. Enfadó al personal con sus formas poco ortodoxas de realizar la suerte de matar. Y más lo enfadó en el cuarto de la tarde de nombre Buscadito, un colorao, altón –como toda la corrida- de buenas hechuras y que a la postre también fue un regalito. Suelto y corretón durante los dos primeros tercios yendo a malo, que pasó de cocear, a quedarse reservón y peligroso. Nada había hecho Finito para corregir al toro, sus dudas acrecentaron los defectos de Buscadito que a la hora de la suerte suprema se había apoderado de la plaza.

Una tarde de intensas emociones que será difícil de olvidar...

Curro Díaz fue cogido por el sexto de la tarde de manera trágica, por fortuna, sin graves consecuencias. Todo quedó en un fuerte traumatismo torácico y craneal en espera de examen radiológico, según ha informado a OyT el cirujano Rafael Flores.

Fotos: "Argos"