Nuevamente una vergonzosa entrada de no más de mil personas en un clima perfecto, salvo un poco de viento en algunos pasajes de la lidia, como para que la afición se diera cita en el coso capitalino. Se lidiaron seis novillos de La Guadalupana bien presentados. Sobresalió el sexto por su buen comportamiento, el tercero un manso manejable, los demás de comportamiento desigual, algunos complicados otros toreables. Orlando Huerta, silencio tras dos avisos y silencio tras aviso; José Ibarra Joseli, pitos tras aviso y pitos; Pepe Murillo, vuelta tras aviso y palmas. El debutante Pepe Murillo estuvo decoroso con algunos pasajes interesantes en su labor en el manso tercero del festejo. Estocada tendenciosa y el público pidió una oreja la cual no fue concedida acertadamente por el juez Ricardo Balderas. El novillo que cerró plaza fue desaprovechado. El joven Murillo nunca encontró el camino para lidiar a un novillo que necesitaba un torero más hecho. Orlando Huerta se topó con un lote complicado además de que el viento se hizo presente en su labor. Muchos pases sin decir nada en faenas frías. Mal con la espada. José Ibarra Joseli es la muestra de cómo no se debe presentar un torero en la Plaza México. Destacaron en banderillas Pablo Miramontes y Christian Sánchez, que saludaron en el tercio. José Ibarra Joseli sufrió una heridade cuatro centímetros en el dedo pulgar de la mano diestra, tras toparse con el arpón de una banderilla al entrar a matar a su segundo. Fue suturado en la enfermería de la plaza. |