Ante una vergonzosa entrada de alrededor de mil personas, se lidiaron novillos de Sergio Rojas, aceptablemente presentados, de distinto comportamiento sobresaliendo el sexto por su recorrido. Valente Alanís, silencio y silencio; Paúl Cortés, vuelta y saludos; Ernesto Sánchez, silencio tras aviso y silencio. Paúl Cortés simplemente no pudo con el lote manejable del encierro. El público benévolamente le invitó a dar una vuelta al ruedo en su primero y a saludar en el tercio a su segundo principalmente por el buen manejo del acero. Por lo demás, no creo que haya sido. Ernesto Sánchez estuvo con ganas, con mucha disposición y valor. Resultó herido en su primero en la ingle lo cual no le impidió continuar la lidia. El inicio de su faena muleteril al que cerró plaza fue prometedor y arrancó fuertes olés del público, pero poco a poco se fue enfriando en un novillo que exigía le cortaran la oreja. El problema de Valente Alanís es la falta de técnica, y sin esta, simplemente a otra cosa. |