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Hoy acudió mucha gente en Las Ventas sólo por ver a El Cid, para ver todo lo bueno que de él se ha hablado últimamente y comprobar que está uno o dos escalones por encima del resto. Y así lo han podido constatar. Aunque como decían los del 7, los toros elegidos por el Centro de Asuntos Taurinos de la CAM se ha demostrado que no eran los adecuados, ni la terna de toreros tampoco. Otro fracaso más de estos “elegidos a dedo” para hacer sufrir a los aficionados. La ganadería de Samuel Flores está actualmente para ser enviada al matadero, decían en el 7, pues hace años que muestra una falta total de casta y sólo conservan su aparente fachada. La mansedumbre que mostraron además los seis ejemplares de esta tarde demostró la total incompetencia de los que la eligieron, que no eran otros que los “listillos” que se sentaban en el callejón a sacar pecho. Tras lo de esta tarde, en el 7 se preguntaban si esto no era motivo de dimisión. Aunque, claro, ya se sabe que en este país no dimite nadie. Pero es que los colegas que acompañaban al torero de moda tampoco fueron bien elegidos. Ni Abellán, actualmente con la mente en otro lugar, tal vez por culpa de sus relaciones de pareja, bien aireadas por la prensa del corazón, ni Antón Cortés, un joven prometedor pero aún en periodo de formación, eran los compañeros ideales para medirse con un torero que hoy es capaz de llegar donde no lo puede hacer la mayoría, como es Manuel Jesús El Cid. Y cierto es que estuvo muy por encima de sus dos samueles e incluso uno de ellos le lanzó por los aires, al quedarse en el embroque y cabecear, al no tener fuerzas ni para seguir la muleta más poderosa del escalafón. E incluso pudo llegar a salir de nuevo por la puerta grande si mata bien a sus dos toros. Pero a su primero lo pinchó y al segundo lo mató de un inmundo bajonazo, por el que los indocumentados que llenaban el coso pidieron la orejita que la presidencia tuvo que conceder a la mayoría, quitando categoría a nuestra plaza. Pero los del 7 le seguimos exigiendo algo más, porque sabemos que aún no ha tocado techo y puede hacerlo mejor, aunque hoy nadie pueda estar a su altura. Pero a Madrid debe venir con toros, no con los bueyes de Florito teñidos de betún negro con los que se anunció esta tarde. |
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