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El aficionado poblano Luis Reyes no has hecho llegar hasta esta redacción un comentario en el que opina acerca de la recién terminada feria de Puebla, a la cual califica como la feria de Villamelones en la que sufrieron desde el primero festejo. Acerca de la primer “corrida con las máximas figuras mexicanas” Zotoluco y Rafael Ortega, acompañados de José Luis Angelino lidiaron un encierro de seis “novillos de Montecristo tapada la salida para darle un puyazo del que se escupió, a ese novillo, Ortega tras ponerle “espectacularmente” las banderillas, el último a petición del “conocedor” público poblano, fue de cortas, a ese novillo Ortega le pegó un sin fin de pases, incluso torerísimos rodillazos, volviendo locos a los villamelones, quienes encabezados por el presidente de la feria Arturo Hernández Davy, el “empresario” Javier Marroquín quienes con gritos y sombrerazos, presionaron al tibio Juez (Alberto Vázquez) quién, ni tardo ni perezoso “indultó” a tan “extraordinario” novillo”. En cuanto al festejo en el que actuaron Eloy Cavazos, Jorge Gutiérrez y Alejandro Amaya con “6 novillos del empresario y ganadero José María Arturo Huerta” comentó: “…vimos pinchar en 3 y descabellar en 4 ocasiones al chaparrito en su primero además de sus obligadas orejas y rabo del segundo, sus “paleros alternantes” se conformaron con 3 orejitas”. De la primera novillada sólo comenta el extraordinario novillo que dejó ir Pepín Vega quien “… dicen que su único mérito es ser sobrino de uno de los socios de la empresa”. Lluvia de apéndices fue la que se llevó Rafael Ortega con su toro de regalo, los demás pasaron desapercibidos, Leonardo Benítez con muletazos de calidad y Jerónimo que lo sacó a flote su porte para partir plaza. Todo lo anterior a otros “6 novillos de Campo Real”. El 27 de mayo, presentaron a Hilda Tenorio, José Isabel Ortiz y a Pedro Rubén con “becerros de El Grullo”, lo más torero de la noche lo realizó José Isabel Ortiz, lo más destacado de la noche y de la feria, fue la fenomenal bronca suscitada en contra del juez, al obsequiar la primera oreja a Hilda y arreciar al regalarle la otra así como la negativa en darle la merecidísima oreja por una estocada desprendida, arreciado tanto la bronca que toda la plaza, con los gritos del consabido “ 1,2 y 3 …….” y el “fuera, fuera”, repudiaron ahora sí y de una vez por todas, la infame, prepotente y protagónica actuación de Alberto Vázquez Benítez que padecemos las aficiones de Puebla y Orizaba. Finaliza el señor Luis Reyes señalando: “¡Enhorabuena, empresarios y villamelones!”
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