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Casi todos los amigos me venían preguntando últimamente cuándo iba a escribir algo positivo, pero les respondía que ya lo hice cuando me dieron motivo, es decir, el día de los toros de Alcurrucén, con las lecciones del veterano Rincón y de El Cid. La novillada de hoy es otro día positivo, aunque ya sabíamos que la vacada de El Ventorrillo lleva varios años triunfando en Las Ventas, tanto en novilladas como en corridas. Hoy, los abonados que huyeron a Aranjuez, a ver a las figuritas hacer con torillos lo que no son capaces de hacer en nuestra plaza con toros de verdad, se lo pasarían en grande con sus “triunfos baratos” pero se perdieron una verdadera novillada de las de antes. Peor para ellos. Los novillos fueron preciosos, de capas variadas y encastados. De los novilleros, Álvaro Justo estuvo irregular pero, a veces, dio señales de estar en el buen camino del aprendizaje e incluso cortó un apéndice. Sergio Serrano estuvo además en novillero, con pocos recursos técnicos pero gran valor, jugándosela de verdad. Ambel Posada, el más placeado de todos, fue el que peor lo hizo, como si estuviese harto de contratos. Él sabrá a qué vino. Hoy los del 7 salieron contentos con los novillos, aunque lamentando que se fueran con once de sus doce orejas al desolladero. De ello cúlpese a lo flojito que está el escalafón de aprendices. |
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