Domingo 29 de mayo, en la Plaza Monumental. Se lidiaron 6 muy bien presentados toros de la ganadería de Carranco, de San Luis Potosí, que portaron la divisa rojo y plata. Al cartel se le puede decir que fue el de la tarde de las banderillas ya que los tres toreros, Leonardo Benítez, Alfredo Ríos El Conde y Uriel Moreno El Zapata, se lucieron en el segundo tercio adornando el morrillo de los toros en variadas forma de poner los palitroques. En los primeros tres toros, los alternantes se invitaron a banderillear, gozando el público del segundo tercio en varios estilos y modalidades por cada uno de los espadas Leonardo Benítez recibió a su primero con ajustadas verónicas y chicuelitas para escuchar las primeras palmas de la tarde. Invitó al Conde y al Zapata a cubrir el tercio de banderillas recibiendo la ovación los diestros al final del tercio. Con la muleta, el viento y la lluvia complicaron su labor. Algunos pases con calidad por el derecho pero no hubo acomodo total. Pinchazo y estocada. En su segundo, recibió al cornúpeta con verónicas y gaoneras, quite por chicuelitas y lucimiento con las banderillas con tres pares al cuarteo. Con la muleta realizó lo que fue para nuestro gusto, la mejor faena de la tarde. El astado llegó embistiendo con codicia aunque un tanto falto de fuerza, Benítez lo toreó por ambos lados con arte y hondura sobresaliendo unos pases en redondo donde templó de verdad la embestida fija del toro. Lástima que se puso pesado con el estoque y todo quedó en una ovación y breve petición de oreja. Alfredo Ríos El Conde saludó a su primero a la verónica molestado por el viento. Se lució en un quite por navarras. Invitó a sus compañeros a cubrir el segundo tercio siendo ovacionados los tres toreros. Con la muleta realizó una faena de pases de todas marcas resaltando las series con la mano derecha. Pinchó y el gozo se fue al pozo. Ovación con saludos. Aprovechó que el viento dejó de molestar en su segundo para lucirse con el capote. Volvió a lucir en el segundo tercio mostrando facultades y conocimientos. Otra vez lució con la muleta por el lado derecho, pero volvió a fallar con la espada quedando todo en una vuelta al ruedo. El Zapata recibió a su primero con ajustados faroles de rodillas. Quitó por lucidas chicuelitas escuchando la ovación del respetable. En banderillas también invitó a sus alternantes para escuchar la ovación. Con la muleta, Uriel se jugó la cornada ante un toro quedado que le buscaba constantemente. No pudo matar en el primer intento y todo quedó en una cerrada ovación. Su segundo fue un toro soso. El Zapata se la volvió a jugar. Mató se estocada jugándose en físico para cortar una merecida oreja. Al terminar el festejo, se otorgó el trofeo al mejor par de banderillas y fue para Alfredo Ríos El Conde. Y, para la próxima, se anuncia al pequeño gigante de Monterrey, Eloy Cavazos. |