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Como un parque se presentaba esta tarde la plaza. Como un parque, en lo que se refiere al público que la llenaba: padres, madres, hijos, hijas, todos juntos, chacha y niños, abuelitos. Con atuendos deportivos y veraniegos, lógicos con estos calores que se han llegado a Madrid, y muchas ganas de pasarlo bien. Como los parques de cualquier ciudad, pero en sentado. Sana alegría y desenfado durante toda la tarde. Nada que protestar, muy mucho que aplaudir y que disfrutar. En llegado un momento, justo ya al empezar, la merienda, golosinas, agua, refrescos y abuelito quiero un “helao”. Lo dicho, como en un parque. A diferencia del parque, en el ruedo hay grandes jinetes, con sus magníficas domas y unas jacas o caballos a cual más bonito y elegante. Toda una pasarela de adornos en las crines y en sus colas un toro... venga a correr en pos de ellos. Hoy un poco menos, pues ha habido muchos mansos que corrían para otro lado. Consumados rejoneadores, vestidos a la federica (estilo portugués) o de corto al estilo español, juegan con esos toros, en portentosas suertes que siempre terminan en aplausos del público divertido. Tengo la sensación que no conocen muy bien el arte del rejoneo la mayoría de los que en la plaza estaban. Tampoco lo conozco yo y nada voy a juzgar; pero he disfrutado en esta tarde, sobre todo con un Galán ¡y qué galán!, igual que todos los demás. |
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