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Un conspicuo aficionado del 7 me explicaba hoy al salir de la plaza muy cabreado la siguiente teoría: “Como puedes observar, este año con lo de la lengua azul y los problemas que habría si se cambiasen, casi no se devuelven toros. Solo existe pues un problema, que si se cayesen y derrumbasen no tendrían más remedio que hacerlo, pues se armaría el escándalo y eso no interesa. Entonces la cuestión es que no se note mucho la debilidad, flojera o invalidez de lo que sale al ruedo. Para eso está Florito, para que pasen el reconocimiento de la mañana y tengan un mínimo de aguante. El trapío de la mayoría ha sido muy correcto, excepto el día de las figuritas, claro, porque ese día los eligieron ellas. Claro que también hay que ayudar con otras tácticas, como la de no picar, ni apretar. Como la mayoría de los astados son mansos, salen de estampida en cuanto les tocan con la punta de la puya. Los presidentes aplican en ese caso el reglamento al pie de la letra, que como sabes dice que tiene que entrar dos veces al caballo en plaza de primera. Y eso hacen. De esta forma, a muchos de los toros casi no les sale sangre y algún día les ha hecho más sangre Florito al ponerles la divisa que luego las varas. Y ahí están los videos para demostrarlo. En definitiva, que si en vez de salir al ruedo toros de lidia (los franceses les llaman toros de combate o de lucha) saliesen al ruedo unos animalejos con aspecto exterior de toros, aunque no fueran toros ni se comportasen como tales, si no se derrumban de forma ostensible, pasarán por toros. Si además esos animalejos son bobos, los periodistas sinvergüenzas al servicio de los taurinos dirán que son nobles y que han sido muy buenos para los toreros, pues ni les mirarán, ni les tirarán cornadas, ni intentarán matarles. Adiós, mañana te cuento más”. Y salió corriendo calle Alcalá arriba. Me quedé pensativo y de repente me vino a la mente lo siguiente: “Si lo que me ha dicho este tío es verdad, puede que hoy unas enormes burras atanasias, con un maquillaje apropiado han sido lidiadas y muertas a estoque. Y el día de los bobórquez, como eran de más volumen, a lo mejor eran elefantes. O búfalos. Aunque este tío esté loco, a partir de mañana me voy a fijar más con los prismáticos, por si veo el maquillaje o descubro algo, no sea que sea cierta la famosa máxima que dice que los niños y los locos son los únicos que dicen siempre la verdad. Porque, por ejemplo, los de Cruz y Raya o Carlos Latre son capaces de disfrazarse de lo que sea. Y muy bien, por cierto. ¿Por qué no van a hacerlo estos taurinos, si son capaces de vender arena a los beduinos?” |
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