En el patio de arrastre hablábamos del excesivo tonelaje de los toros salmantinos de Charro de Llen. Al verlos salir por chiqueros, parecían mastodontes. Creíamos que se iban a derrumbar, pero al final hemos comprobado como han resistido en el ruedo, salvo el cuarto que inexplicablemente no ha sido devuelto. De esta guisa, hemos visto al paisano de los toros Juan Diego, triste como su propia figura. Tiene cierto aspecto trágico. Una mezcla entre Manolete y Julio Robles. ¡Lagarto, lagarto!. Con el primero nada y con el otro menos, además ha sido el culpable de que no devolviesen al inválido cuarto. Serafín Marín ha estado por debajo de sus dos oponentes, uno apto para la lidia, el tercero y el mansurrón sexto ha ido a más pero el de Montcada no. Dejo para el final la interesante actuación de Sebastián Castella. Dos milagros, dos. Uno en cada toro. Su apoderado Campuzano ha tenido que salir al ruedo a hacer los quites con chaqueta y corbata. Y ya van… Cualquier día lo matas de un disgusto. Gracias a Dios no le ha calado ninguno de sus oponentes, pero las cogidas han sido tremendas. Notable actuación en su primer toro, justa la oreja y por debajo de su oponente en el quinto. Posiblemente uno de los toros de la feria. Bravo, encastado, noble,… Que más queremos??? Tenía mucho que torear y le ha venido grande aunque es un torero de emoción y tragedia. Estamos en el ecuador de la feria y me hago una pregunta. Este año se han devuelto muy poquitos toros en comparación con otros años. ¿ Tendrá esto que ver con que los toros no pasan un par de semanas parados en la Venta del Batán? |