A Castella esta tarde San Isidro le ha echado un capote. Todo corazón y pundonor, el francés ha expuesto y arriesgado llegando a ser volteado aparatosamente por los dos toros de su lote. En dos faenas en las que ha echado el resto, especialmente ante el quinto, un astado con genio al que había que aguantar mucho.
Torero frío, pero de corazón caliente, Sebastián Castella ha demostrado una vez más su valiente concepción del toreo, hasta tal punto de que dicha concepción a veces llega a ser suicida, como hemos comprobado esta tarde en Madrid.
Esa actitud, firme, decidida y corajuda le ha valido una oreja, en su primer toro, y una vuelta al ruedo tras fuerte petición. Dos trasteos compactos, pasionales y con el sello personal de un torero que ha dado todo lo que podía dar: un corazón fuerte con forma de valor y pundonor.
Ésta es la última tarde en que les he brindado mi particular detalle. Atrás han quedado estos nueve días isidriles en que se han visto algunas faenas importantes y de peso, aunque otras, no tanto... Como ya les adelanté, sólo podría acompañarles estas nueve tardes. Espero poder hacerlo de nuevo en cuanto mis obligaciones laborales me lo permitan. Mientras, disfruten lo que puedan de lo que resta de Feria, que seguro quedan cosas por ver. Yo, en su lugar así lo haría...