Toreaba Uceda Leal con una pureza y profundidad extraordinarias al astado que abría plaza esta tarde en Las Ventas y el público asistente, frío como témpano de hielo. Series de mano baja y tres impresionantes naturales largos y templados que cayeron en saco roto entre los tendidos de Madrid. La torería y honda pureza de José Ignacio Uceda Leal se han puesto de manifiesto, una vez más en Madrid, aunque esta tarde no ha sabido valorarse. Aficiones en el mundo del toro hay muchas y variopintas. Y cada una de ellas, tiene sus gustos en cuanto a toreros se refiere. Lo mismo es decir que cada público se identifica con una forma de torear, de interpretar el toreo, de andar por la plaza... Pero eso es una cosa y otra muy diferente es no medir a todos los hombres de luces con el mismo rasero. Igual que se valoraron con acierto las faenas de Rincón o El Cid, hoy habría que haber premiado justamente la actuación de Uceda ante el primero de su lote. No vamos a juzgar o debatir si merecía la oreja o no. Lo que sí esta claro es que el torero madrileño, por lo visto hoy no torero de Madrid, debió recoger algo más que unas tristes palmas. Para hacer justicia, y ser justos, los muletazos de Uceda deben retenerse en la memoria del buen aficionado junto con lo más relevante que ha acontecido, y esperemos siga sucediendo en lo que queda de Feria. |