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Un año más, una feria más, pero todo sigue igual. De quién es la brillante idea, año tras año, de traer a Madrid la infumable corrida de José Escolar. A ver si de una vez por todas al año que viene hay suerte y no viene. No sirven ni para jugarse la vida, ni aún haciendo el esfuerzo con ellos, se les puede sacar partido. Hasta el callejón llegaban los derrotes. ¡Ah! y por cierto, algunos de ellos con trapío de cualquier otra plaza, pero no de Madrid, chicos, anovillados y feos; pero feos con narices, algunos de ellos. Menos mal, que a los calós no les gustan los buenos principios. |
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