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El encierro que ha enviado a Jerez de la Frontera la ganadería de Torrealta ha resultado noble y encastado, con toros prontos y válidos. Destacando el segundo y el quinto, ambos para Julián López El Juli. No obstante cabe preguntarse si ese quinto toro de la tarde, que venía largo cuando se le dejaba respirar y que tomaba con decisión la muleta del Juli era un toro de vuelta al ruedo. Sí es cierto que fue un toro bueno, de esos que permite el toreo, que se fue arriba en banderillas y que tomaba la muleta por abajo. Pero salió suelto del caballo y no lució lo que debía en manos del madrileño. Sin embargo el público ha pedido la vuelta y el presidente ha sacado el pañuelo azul. La faena del torero ha sido mecánica, destemplada y sin cuajar. Como si no supirera buscarle al toro el temple y eso desluce mucho. La estocada fue trasera, pero fulminante. El premio al torero, las dos orejas. Al toro, la vuelta al ruedo. Ambos desproporcionados. En su primero el Juli encontró un toro que repetía en los trapos bien dos pitones,que desarrolló sentido y fue a peor por culpa de la mala lidia. Logró una estocada trasera tras un pinchazo, perdiendo la muleta en la misma y después de descabellar recibió una ovación. La sorpresa de la tarde la ha dado Finito de Córdoba en su segundo. Se paraba éste ante las telas, sacaba las manos por delante y generaba peligro. El de Córdoba le ha elegido el terreno adecuado y ahí, a base de sobarlo y de insistir ha sacado adelante la faena. Por las dos manos, tandas ligadas, cortas, de estilo y sentimiento, gustándose al final, casi de arrebato, cuando ya el toro traía mucho peligro en la corta embestida. La voluntad de Finito, la visión que ha tenido del toro y la estructuración de la faena han dado como resultados pases de sentimiento, agrado en el público y una oreja ganada a ley. A su primero no lo ha querido entender, se ha empeñado en el tercio y quizás el terreno fueran los medios. Fandi populista, efectista, sensacional con las banderillas, ganando ahí al respetable le ha cortado una oreja a su primero y no ha podido hacer faena con el segundo, sexto de la tarde, el peor de todos y el único malo. |
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