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Con más gente que ayer, un cuarto de plaza se cubrió, se han lidiado novillos de María Luisa Domínguez Pérez de Vargas, bien presentados, pero deslucidos, flojos e incluso alguno, como el primero, con claros síntomas de estar enfermo. Los novilleros dieron un sainete con los aceros, siendo incontables las veces que los tuvieron que utilizar. Iván Fandiño, silencio tras dos avisos y silencio. Caro Gil, silencio tras aviso y silencio. Ismael López, silencio tras aviso en ambos. Ver crónica |
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