Esta tarde de sábado... 16 de abril,  se despidió el maestro hidrocálido Miguel Espinosa “Armillita” de la afición de Tepeapulco, que hizo una floja entrada en la plaza monumental “San Marcos”, al no obtener el triunfo siempre deseado en todo torero, primero, porque el aire no lo permitió, y después, porque falló con el acero en el segundo de su lote con el que pudo conseguir otro trofeo importante, llevándose una oreja en homenaje a su trayectoria.

La tarde fue soleada pero ventosa molestando a los toreros, lidiándose cuatro toros hidrocálidos de Armillita Hermanos, justos de presentación sobre todo el primero que era un novillo, que tanto al caballo como en juego cumplieron.

Y dos de San Antonio de Triana, corridos en tercer y sexto lugares, cumplidores al caballo, sobre todo el segundo de éstos que recargó con fijeza, y de buen juego.

Miguel Espinosa vistió de bugambilia y oro enfrentándose en primer término a “Chichimeco” con 380 kilos, con el que no se pudo acomodar con el percal por la incierta salida. Con la muleta estuvo voluntarioso ante un toro que tuvo voluntad y cierta clase para seguir el engaño, pero que el aire no permitió el lucimiento de un trasteo que merecía otro fin. Dejó casi media en buen sitio siendo aplaudido al irse a la barrera.

El toro de la despedida en este escenario se llamó “Gracias Maestro”, con 445 kilos, con el que estuvo discreto con el capote y con la franela ha estado inspirado con un toro que tuvo motor aunque no siempre fijeza ni calidad en la acometida pero sí voluntad para seguir el engaño que manejó con su arte y temple el de Aguascalientes, que al compás de las notas de “Las Golondrinas”, trazó muletazos con la calidad propia de un hombre que ha atesorado de siempre en su ser ese arte propio con el que se nace, el trasteo fue breve, no podía ser de otra manera por el aire imposible, fallando con el acero y cortando una oreja en nombre de su reconocimiento.

Eulalio López “El Zotoluco”, de lila y oro mostró como siempre su capacidad. Primero ante “Maestro”, con 450 kilos, con el que se limitó a bregar por la salida incierta de la res, que luego, con la franela le sacó los pases que tuvo, y que también no tenía, a un toro que se apencó en tablas y que fue tardo en su embestida. Muletazos meritorios y desplante que gustó a la galería, para dejar una estocada en buen sitio y cortar una oreja, que consideró poco, encarándose con el Juez, arrojando el auricular y dando la vuelta al ruedo.

Su segundo se llamó “Buen Suerte”, con 440 kilos, que hizo de salida dos amagos de querer brincar el callejón. Lo lanceó bien y con la muleta ha estado entregado, aprovechando la condición de un mejor que le tocó en suerte, trazando pases largos bien rematados con los de pecho. La gente también no dudó en entregársele, por lo que tras certera estocada cortó dos orejas pero ante la fuerte petición, y la reprobable actitud de del diestro de encarar al Juez, éste soltó un generoso rabo.

Por su parte, Alfredo Ríos “El Conde” de verde bandera y oro, ante “Marquito” con 445 kilos, ha toreado bien a la verónica a este toro de embestida pastueña así como con clase. Banderilleó con dos cuarteos y el de la moviola que la gente le ovacionó con fuerza. Su labor estuvo impregnada de voluntad y entrega ante un astado que tuvo clase y fijeza, que repitió con largueza la embestida aunque al torero luego le costara trabajo llevar mejor la acometida del toro por el incómodo aire que sopló, reconociéndole la gente su trasteo, que tras dejare una certera estocada cortó una oreja, muriendo con el hocico cerrado y que nunca abrió, el animal.

“Político” se llamó el que cerró festejo, con 450 kilos, al que ha veroniqueado bien y que repitió con clase el animal, rematando con media. Tomó dos puyazos el burel y una de las banderillas quedó en uno de los puyazos, suponiendo con esto que mermaría su juego en el tercio, situación que no fue así. El torero lo banderilleó con dos cuarteos y un sesgo hacia fuera, para con la muleta, sin bien estuvo voluntarioso pero también el aire siguió molestando, le impidió confiarse y también, estructurar un poco más su trasteo ante un toro bueno, obediente y con fijeza, logrando algunos pasajes importantes y buenos reconocidos por la gente. No estuvo certero al despacharlo con el acero y quedó en palmas su actuación.