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Tarde de sol y mucho, pero mucho viento, a plaza llena, se presentaron en la Maestranza César Rincón (tabaco y oro), Javier Conde (tabaco y oro) y Rivera Ordóñez (nazareno y oro), ante pupilos de Jandilla, más uno de Núñez del Cuvillo, que reemplazó al cuarto. César Rincón en su primero, tuvo en el viento y la poca fuerza del animal los elementos que le impidieron hacer faena. Al segundo de su lote, lo recibe por verónicas. El toro se entrega en banderillas, y de muleta al tercer pase se aploma y coge sentido. Una ráfaga de viento parece despertar al astado y Rincón le saca una tanda, aunque luego ya pasa a matar. Después de un metisaca, del cual sale perseguido, logra hacerlo rodar. Javier Conde es y será un torero de detalles. De vez en cuando se le nota esa chispa que arranca los fuertes olés sentidos desde el tendido. Pero en esta tarde, sólo se le vieron pocos deseos y muchas dudas. Lo mejor, su cuadrilla de banderilleros que saludó en sus dos toros luego de clavar. El matador recibió Pitos y Bronca. Rivera Ordóñez estuvo deseoso de palmas desde el comienzo. De capote trazó bellos lances con ese estilo que gusta y ya de muleta inició bien la faena ante un animal con alegría; otra vez el viento impidió sacar mayor partido a la faena. A su segundo "VIRTUOSO", de 550 kg. lo lancea sin emocionar al tendido, aunque es en la pelea con el caballo que al toro se le notó rasgos de bravura. Sus subalternos saludan destocados luego de parear entre ovaciones y el ambiente empieza a caldearse. Inicia de muleta por derechazos mandones y suena la música. Prueba por el izquierdo, pero el toro no tiene recorrido. Vuelve a la mano derecha y muy torero arranca más olés del tendido, que se ha entregado. Se perfila y de un estocadón lo pasaporta. El animal tarda en doblar al filo de tablas. El público pide las orejas, que le son entregadas, aunque sólo debió cortar una. El entusiasmo del público es aún mayor y hace que el Presidente le otorgue una vuelta al ruedo que no merecía. Al final, Rincón dejó la plaza entre palmas, Conde entre almohadillas y Rivera Ordóñez a hombros. |
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