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Con ¼ de plaza se han lidiado 4 toros de Gavira, flojos y sin clase a excepción del cuarto que resultó un poco más boyante, segundo y quinto de Cortijoliva y El Cahoso respectivamente, lidiados como sobreros. Se guardó un minuto de silencio, por la memoria de D. Antonio Gavira, fallecido en las pasadas fechas. Fernando Cepeda, silencio y una oreja. Sebastián Castella, silencio tras aviso en ambos. Rafael de Julia, que sustituía a Rivera Ordóñez, ovación con saludos y palmas. Hoy, es uno de esos días en que los datos y las valoraciones, quedan al margen de cualquier crónica. También, en estas ocasiones, le resulta difícil al que suscribe, llevar a todos los aficionados lo visto esta tarde en la plaza de Madrid. Simplemente, se pueden trasladar sentimientos y emociones, que es lo que consiguen transmitir estos toreros diferentes, como es el caso de Fernando Cepeda. Decir, antes de pasar a contar y cantar las maravillas de Cepeda, que sus compañeros de terna, han estado muy por encima de sus oponentes, que no les dieron ninguna oportunidad; así ambos destacaron sobre todo con el capote, en una tarde en la que no se vio a Fernando Cepeda con el percal, siendo en cambio de Julia y Castella, los que mejor torearon con el capote. Ya con la muleta, ambos intentaron en todo momento el lucimiento, pero el descastado juego de sus lotes, no se lo permitió, una lastima y esperamos que en próximas ocasiones tengan más suerte. Como he comentado, la tarde no iba por buen camino en el caso de Cepeda, ya que incluso, después de parar a su segundo toro, todavía no habíamos visto torear de capote al torero y ya no iba a poder ser, porque tocaban clarines, para pasar al tercio de muleta y ya no había más capote. Pero a partir de aquí, fue cuando sucedió todo, el toro de Gavira ayudó, poco, bien es cierto, pero lo justo para que pudiéramos disfrutar de un Fernando Cepeda, que parece ser que atraviesa un momento sublime. No existen adjetivos suficientes para valorar lo realizado esta tarde por el torero, pero cadencia, ritmo, hondura, clase, serían algunos de los que entrarían en ese listado de alabanzas, con las que hay que enjuiciar la obra que hemos visto esta tarde, ¡que más da! como he dicho al principio, los datos y las valoraciones y que si la espada cayó un poco o estaba tendida. Gracias a Dios, éste TORERO y éste que les escribe, no entramos en guerras de números y escalafones, lo único que vale y puntúa es el toreo de CANTE GRANDE de un pedazo de torero. Para el recuerdo, sus tandas con la mano derecha y sobre todo los remates de las series y su toreo a dos manos; cierto es, que las cifras siempre quedan, pero a ver quien nos quita de la cabeza y de la retina estos ratos que nos dan este tipo de toreros. Simplemente, ¡GRACIAS FERNANDO, muchas gracias!. |
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