El matador de toros venezolano merideño Leonardo Rivera, comienza su andar por la Escuela Taurina "César Faraco" de Mérida, y por gracia del ganadero Fabio Grisolía, se va a México inspirado en el toreo de Manolo Martínez y Curro Rivera, de su forma de manejar el capote, iniciando una campaña de novillero, rodándole bien las cosas, torea unas 60 novilladas para alcanzar la alternativa en Nuevo Laredo, el 13 de octubre de 2002, de manos del maestro Miguel Espinosa "Armillita" y como testigo Eulalio López "Zotoluco". De ahí en adelante, tiene en su haber unas 25 corridas de toros entre México y Venezuela, saboreando en unas el triunfo, en otras el sinsabor de no haber podido tocar pelo, como siempre ha sido su afán desde que tomó en sus manos el capote, la muleta, dominar la suerte de banderillas. Hoy por hoy, esta joven promesa del toreo venezolano con 27 años de vida, mantiene su ilusión de convertirse en buen torero, sin prisa, sin aspavientos, llevando las cosas bien, en un estilo muy propio, adquirido en sus diez años de residencia mexicana, a donde retorna para iniciar nueva campaña y confirmar su alternativa como matador de toros.
- ¿Es más fácil torear los toros en México, en comparación con los de España. Cómo encuentras al toro de Venezuela?
No es más fácil, en ningún lado es más fácil, en todos es difícil, tienen cosas que debemos entender quienes amamos este arte y sabemos que todo no puede salir tan fácil como muchos creen que saldrán. De España sabemos que su toro tiene mucho volumen, tiene mucha raza, repite mucho, exige mucho y por lo tanto es diferente al de México, donde es un tanto más bajito, más cómodo de cabeza, el toro tiene una embestida muy lenta, muy pausada, te mira mucho, hay que aguantarle mucho a esos toros, se consigue mucho el temple, pues tampoco es tan fácil y el toro de Venezuela, ahora se ha venido refrescando la sangre de Juan Pedro y hay también lo que es Santa Coloma, es prácticamente un toro español, hay poca sangre mexicana y su fruto lo veremos más adelante. En resumidas cuentas, uno como torero pues debe estar preparado para el toro que salga, sea mexicano, español, venezolano, colombiano, hay que torearlo y punto, buscar triunfo si es posible.
-¿En tu campaña como matador de toros que plaza prefieres para alcanzar tu meta de convertirse con el correr de los años en una figura del toreo?
Realmente toda mi infancia y recorrido taurino la tengo en México, es un país al que le debo mucho, es un territorio de cariño aunque no regalan nada, todo te lo tienes que ganar, bueno en ningún lado regalan, y más en este arte, donde la lucha tiene que ser con tesón, paciencia y mucha firmeza. Me ha costado mucho trabajo llegar a donde estoy y considero que este país pues me ha dado todo y podré estar siempre alimentado del toro, aunque no creas que no dejo de pensar que tarde o temprano, pueda presentárseme una oportunidad y tocar plaza española u otras.
-¿Hablas como sí ya estuvieses realizado totalmente como torero, como si ya hubieses alcanzado la real madurez taurina, y falta aún mucho camino por recorrer, perdona la sinceridad pero tiene un entusiasmo que transmite esa apreciación?.
No para nada, apenas tengo tres años de alternativa, y pese a las 60 novilladas que he toreado más las 25 y tantas corridas de toros que tengo, no son suficientes, acuérdate que con los diez años que tengo en México y esta estadística particular, me da un promedio de toreo al año de unas 10 o 15 corridas y eso no significa que tienes una consecuencia fija que se debe tener para agarrar una madurez taurina como tal, tener sitio y además, me falta mucho aún, tengo que rematar mejor la suerte de matar, he fallado cuanto tenía el triunfo en la mano y eso hay que corregirlo, no es fácil tampoco pero estoy seguro que superaré los escollos con lo que me he encontrado, no hay prisa, poco a poco, en eso estamos en mi camino de la madurez taurina.
-¿Frustaciones en el devenir taurino?
Bueno ninguna como tal, he conseguido todo lo que me he propuesto hasta ahora. He tenido tardes complicadas, tardes malas siempre hay, pero ni modo, eso con esfuerzo y con trabajo también se supera y se echa a un lado, porque de algo si estoy plenamente convencido, nací para ser torero, quiero convertirme en uno de los mejores y con el apoyo familiar y mi convicción, seguro que alcanzaré lo deseado, las frustraciones no harán mella en este largo y difícil recorrido taurino.
-¿Qué pasa con tocar la suerte en España, algo de miedo o qué?
España es la madre del toreo, es el sueño de todo torero, allá queremos todos llegar, lo que pasa es que resulta algo complicado como en todos lados y la verdad como tengo un camino labrado en México, ahora se me hace más fácil torear allí y la verdad que incursionar en tierra española, pues allí no me conocen y aunque me conocieran, necesitaría tener un cartel muy importante para llegar a torear corridas de toros en plazas importantes. Espero tocar a España algún día, llegar muy maduro y cumplir todo sueño de torero de torear en grande.
Leonardo Rivera, uno de los toreros más jóvenes de Venezuela, busca su total madurez taurina con la firme esperanza de algún día tocar suelo español. Tiene sueños, metas que cumplir, se metió en el lío del toro con la firme convicción de ser figura del toreo y sabe que no es nada fácil, que es complicado, está mentalizado para el triunfo y los sinsabores. Tiene varias corridas en México, una por los EEUU en la ciudad de Stevenson, California, quiere agarrar sitio, tomar cartel, quizás ser uno de los primeros en el escalafón taurino venezolano y por qué no mundial. El camino es largo y su inicio de campaña por tierra azteca, dirá la última palabra.
