Catorce años en la inmensidad de la vida apenas son nada; pero si esos años hay que pasarlos en la penumbra por lograr aquello que uno anhela, el tiempo se torna muy largo y, lo que es peor, durísimo. Ese es el tiempo que ha pasado Octavio Chacón en la incesante búsqueda del triunfo que él merecía; y digo que lo merecía puesto que, ahí han quedado los datos de lo que ha sido su temporada en este año; datos cautivadores que han dejado al diestro en un lugar de privilegio de cara al año próximo.En la inmensidad de los años citados, Octavio Chacón, carente de contratos en España hizo ocho temporadas en Perú en las que, sin lugar a dudas, obtuvo el master adecuado con matrícula de honor, el que certificaba que Chacón quería ser torero, no cabía la menor duda. Es allí, en Perú, donde se forja a los toreros valientes, a los hombres abnegados y dispuestos para la lucha; como digo, todo un MASTER de capacidad, de ciencia adquirida, de riesgo asumido y, como en el caso de Octavio Chacón, de triunfos conseguidos.
Octavio Chacón, el semblante de un hombre nuevo
En estos casi cinco lustros que aludimos, Chacón tuvo tiempo para todo, hasta para la desesperación por aquello de hacerse un par de trajes de banderillero para pasarse a las filas de los de plata puesto que, la lucha era muy grande y los resultados eran vanos.
Pero mucho me temo que un toro de José Escolar, indultado en un pueblito llamado Fresnedilla, posiblemente, aquel indulto le hizo venirse arriba y, decidió continuar; era el año 2015 en que, gracias a dicho triunfo Chacón resurgió de nuevo; al menos tomó fuerzas en su alma para seguir adelante con el proyecto al que había consagrado su vida.
Recuerdo haber conversado con Octavio Chacón en aquel momento y, sus ilusiones eran las más grandes del mundo; vamos que, daba la sensación de que había indultado en Las Ventas; era es un pueblo como digo, pero un hecho que le llenó de ilusiones y, lo que es mejor, de convicciones para seguir en el duro camino que había emprendido.
Y tras tanta lucha este año le incluyeron en la feria de Madrid con la corrida de Saltillo, todo un “obsequio” por parte de la empresa, pero no quedaba otra opción. En dicha tarde, Chacón sacó a relucir ese torero valiente, puro, cabal y auténtico que lleva dentro y que cautivó a los aficionados venteños; no hubo triunfo de clamor, pero si una sensación hermosa por parte del torero que, como digo, conquistó a los aficionados. Allí mostró Chacón su capacidad lidiadora, su valor seco y sin cuento y, por momentos, cuando los toros se lo permitieron, esa torería que anida dentro de su ser, justamente, la que ha podido enseñar en muchas ocasiones en la temporada que ha finalizado. Repitió en el mes de junio y volvió en la feria de Otoño en que, sin lugar a dudas, logró una oreja de un peso muy grande, lo que antaño se decía oreja de ley. Claro que, su temporada ha sido mucho más que sus grandes actuaciones en Madrid.
El pase del desdén en las manos y sentidos de Octavio Chacón
-Por fin, Octavio, el sueño se hizo realidad.
Esto es el principio de lo que uno soñaba, pero sí, estoy en el camino, algo que me hace muy feliz. Han pasado muchos años, es cierto, pero no creía que en una sola temporada saldrían cosas tan bonitas que me dejaran tan satisfecho.
-Está claro que, la vida te está devolviendo todo aquello que habías invertido, que no era poco ¿verdad?
Estoy feliz y digámosle como queramos, pero la gran realidad es que estoy logrando todo aquello que un día soñé y que se está haciendo realidad. Lo que más dichoso me hace es poder demostrar a todo el mundo que yo no estaba equivocado; que mis ilusiones eran ciertas y que como demostré, puedo ser torero; en realidad, así me siento y creo que hablan de mi mis triunfos logrados en la práctica totalidad de las plazas en las que actué.
-¿Piensas que todo empezó en la corrida de Saltillo en Madrid?
Sí. Aquella tarde, para mi dicha pude dar una imagen importante de cara al aficionado puesto que, la corrida, como sabes, era durísima; el esfuerzo tenía que ser bárbaro, pero no quedaba otra opción. Pero lo hice con mucho convencimiento, sabedor de lo mucho que me jugaba; era un cara o cruz y, yo quería que saliera cara, como así sucedió.
-El aficionado, Octavio, se ha puesto de tu parte porque no regateas esfuerzo alguno y, lo que es mejor, en tus actuaciones no hay nada previsto salvo que, como se sabe, puedes morir de verdad con esa clase de ganado que sueles lidiar. ¿No te atragantas con dicha situación tan escabrosa?
No, para nada. Piensa que para este tipo de corridas también hay un gran número de toreros que quieren torearlas, por tanto, no debo de bajar en lo más mínimo mi entrega y satisfacción de saber que, como dices, la gente me respeta por mi entrega sin límites, todo ello bajo el paradigma de la verdad más absoluta.
Uno de los muchos triunfos de Octavio Chacón en Perú
-¿Es cierto que el indulto de aquel toro de José Escolar te devolvió las ilusiones?
Sin lugar a dudas porque en aquellos momentos es cuando casi que estuve a punto de hacerme banderillero puesto que no le encontraba sentido a nada, sencillamente porque apenas había contrato alguno para poder demostrar lo que yo creía que valía. Pero salió aquel toro y, pese a ser lidiado en un pueblo, lo que me motivó era lo que en verdad hice, algo que me llenó de ilusiones y, como tú decías antes, de convicciones para seguir en la brecha. Fíjate que, estoy feliz porque el tiempo me ha demostrado que no estaba equivocado.
-Te comentaba antes que en tu caso, amigo, en Perú lograste el preciado MASTER que certifica la valía de todo torero que se precie. ¿Qué se siente cuando, como es tu caso, toreaste ocho temporadas en Perú, mataste más de cien corridas de toros y en España apenas nos enterábamos?
Era una situación durísima porque, claro, los toreros, todos aspiramos a que nuestros triunfos tengan repercusión, cosa que no sucedía en mi caso y era una situación que me desesperaba, pero no quedaba otra opción; o toreaba en Perú o me quedaba sentado en mi casa. Al menos, en el peor de los casos, lo que si conseguí es tener mucho oficio y seguridad delante del toro, algo que pasados los años me ha servido de mucho. Como fuere, permíteme que les muestre a los aficionados peruanos, así como a las empresas que me contrataron toda mi gratitud y afecto.
La media verónica de Octavio Chacón
-Por cierto, ya que hablamos de Perú, ¿qué te motivó para ir a dicho país, la ilusión, la necesidad, la afición o quizás solo para seguir sintiéndote torero?
Todo lo que has dicho, lo mezclas en una coctelera y te sale el resultado que, resumido en tres palabras es el siguiente, QUERER SER TORERO. Sí te digo que allí en Perú logré muchísimos éxitos, razón por la que acudí durante ocho temporadas pero, amigo, aquello es la dureza al más alto nivel; como te decía, una prueba para todo aquel que quiera ser torero como pueda ser mi caso.
-Triunfos grandes los tuyos en Pamplona, Francia, Bilbao, Madrid amén de otras plazas. ¿Cómo se digiere el éxito en un plazo tan corto como te ha sucedido a ti?
Con mucha humildad y con una entrega inusitada; pensando siempre que todo se puede hacer mejor, que al día siguiente tengo que mejorar lo que hice hoy. Es cierto que en mi profesión, en diez minutos puedes pasar de no ser nadie a ser admirado por todos; pero hay que seguir siempre por el mismo sendero porque, igual que triunfas en diez minutos, basta un solo día que sea clave para que todo se venga abajo. Humildad y entrega, creo que son las dos palabras que lo definen todo.
Triunfo de clamor en Pamplona, esta es la prueba
-Imagino que, el día que toreaste en Sanlúcar con Morante no te lo creerías. ¿Tuvo aquello tintes de milagro?
Tanto como milagro no creo, pero sí de una satisfacción muy grande y, lo que es mejor, poder triunfar junto a maestros como Padilla y Morante, mí dicha no pudo ser mayor. Es más, me trataron con muchísimo respeto, algo que les agradeceré siempre.
-Claro que, si me apuras, Octavio, tu mayor triunfo fue haber sido respetado por los toros pese a las volteretas. Y hablo de éxito grande sabedor de la clase de ganado que has lidiado.
En este aspecto si que influye la suerte porque, como sabemos, otros compañeros con cogidas similares resultaron heridos y, para mi suerte, los toros respetaron mi anatomía, algo que le agradezco al destino a modo de suerte.
-¿Qué diferencias has encontrado de torear en pueblitos y hospedarte en fondas de mala muerte a torear en grandes plazas y por ende en hoteles como Dios manda?
Es la diferencia lógica de torear en pueblos donde apenas hay de nada, a torear en grandes ferias en las que, inevitablemente, todo parece que viene rodado, al menos en los signos aparentes. Luego, claro, sale el toro y lo único que ha cambiado es el escenario, si acaso, adquieres mucha mayor responsabilidad, pero es algo que me hace sentir fuerte porque en esos momentos comprendes lo mucho que se ha avanzado y la satisfacción es infinita.
-¿Eres consciente que de cara al año que viene eres un puntal importante para la confección de muchos carteles?
En realidad, eso quiero, que este año haya sido el punto de partida para en años venideros poder expresar todo lo que llevo dentro y conseguir muchos éxitos. El destino dictará mis pasos, pero yo no desfalleceré en lo más mínimo por lograr esos éxitos que me permitirán poder seguir desgranando pasajes de mi torería por los ruedos del mundo.
Octavio Chacón empieza a construir su faena
-A nivel crematístico, Octavio Chacón, ¿en qué se ha diferenciado esta temporada en la que se supone que ya has ganado un dinerito con otras anteriores?
Hombre, ya se han superado los malos tragos al respecto pero tampoco me he comprado una finca. Pero sí, hay algo que he marcado la diferencia en esta temporada con las anteriores en que, por vez primera, no tengo que pedirle dinero a mi madre. –Ríe el diestro-
-Que tengas mucha suerte, que los triunfos adornen tu vida y que los aficionados los sigamos disfrutando.
Fotos: Muriel Feiner, Toros Perú y P.Gil Mir