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José Campos Cañizares  
  entrevista de Pla Ventura [ 11/09/2018 ]  
JOSÉ CAMPOS CAÑIZARES, autor del libro TOREO CLÁSICO CONTEMPORÁNEO, conversa para nosotros

Cualquiera podría sentir un respeto desmesurado cuando está junto al maestro José Campos Cañizares, toda una autoridad en muchas materias, entre ellas por ser Historiador, Profesor de lengua hispánica en la universidad de Taiwán y, como en el caso que nos ocupa, autor de diversos libros al respecto de la tauromaquia, un hecho que le revela como un auténtico aficionado, un hombre cabal como pocos que, pese a la lejanía física en la que vive de la propia tauromaquia, justamente al otro lado del “mundo” su persona sueña con la misma la que, como cada año, en sus vacaciones las aprovecha para sentir las emociones que siempre buscó presenciando una corrida de toros, algo que hace en los meses de verano que, para su suerte, los pasa en su España adorada. Para su suerte, el maestro Campos es asiduo espectador en calidad de aficionado cabal en la plaza de Las Ventas.

Campos Cañizares es un aficionado de lujo; es decir, de los pocos que todavía quedan en este bello planeta de los toros como dijera en su día el maestro Antonio Díaz Cañabate. Y, para colmo, ha escrito, desde Taiwán, su obra magna que no es otra que TOREO CLÁSICO CONTEMPORÁNEO, un compendio de ensayos al más alto nivel en los que se describen los toreros que han sido leyenda en los últimos cincuenta años.


Portada del libro del maestro Campos, TOREO CLÁSICO CONTEMPORÁNEO

En dicho libro arropan al maestro Campos diversos personajes que, todos, sin distinción son o han sido santo y seña en nuestra tauromaquia y, nosotros, como  OyT, nos cupo la suerte de ser invitados a la presentación de dicha obra en Alicante, justamente, en el Museo Taurino de la ciudad, un lugar tan emblemático que, como diría Borges, por momentos pensábamos que estábamos en el Paraíso. No podemos obviar a Paco Llorca, como director de dicho museo que, de su parte nos ofreció sus mejores “armas” para que la presentación fuera un completo éxito.

Tras la presentación de libro, José Campos Cañizares nos concedió el honor de conversar para nosotros, es decir, para todos ustedes amables lectores que, tras la charla, sin duda alguna, descubrirán a un personaje para amar y admirar.

-El pasado uno de agosto nos cupo la fortuna de arropar en El Museo Taurino de Alicante al ilustre narrador don José Campos Cañizares en que nos presentó su última obra, TOREO CLÁSICO CONTEMPORÁNEO. ¿Qué le motivó, maestro, presentar su libro en Alicante?

En agosto de 2016 visité la ciudad de Alicante y me quedé maravillado de la afición que mantenía el gran torero Gregorio Tébar El Inclusero, cuando celebraba su quincuagésimo aniversario como matador de toros. Asistí a sus entrenamientos, en las inmediaciones del castillo de Santa Bárbara, con sesiones serias y maratonianas de toreo de salón en las que reconocidos aficionados hacían de toro. Recuerdo, entre otros, la presencia de Paco Narváez. El nivel de compromiso que allí se vivía a diario con la fiesta de los toros era emotivo. El eje de la actividad (ejercicios y conversaciones) estaba presidido por un concepto puro del toreo en cuyo centro se encontraba el respeto por los cánones clásicos de la tauromaquia, basados, principalmente, en cargar la suerte y rematar los lances (y pases) detrás de la cadera. Encontré personas románticas que luchaban por mantener la tradición taurina en su verdadera esencia, a años luz del taurinismo oficial que está sumiendo a la fiesta de los toros en la decadencia. Esta experiencia vivida ha estado muy presente en decidirme en que Alicante fuera el lugar idóneo para presentar el libro. Luego, en hacerlo realidad, ha sido fundamental la ayuda del maestro Gregorio Tébar y la del extraordinario aficionado Paco Llorca (director del Museo Taurino de Alicante). Finalmente, he tenido la suerte de contar con su presencia y con la de Paco Llorca como presentadores de la obra en el bello marco del Museo Taurino de Alicante, en un acto que fue profundo y entrañable. Todo salió a la perfección por el grupo de personas que asistieron y por el ambiente que se creó. Muchas gracias por todo.
 


El elenco de las personas que nos cupo la dicha de acompañar al maestro

-Joaquín Vidal dijo una vez aquello de NUNCA EL TOREO FUE TAN BELLO. Si me lo permite, señor Campos, deje que le diga que nunca un libro como el suyo me impactó tanto. ¿Qué componentes ha utilizado para que le saliera la obra perfecta al respecto de los toros?

Muchas gracias por su comentario. Se agradece de veras. El libro contiene reflexiones libres y modestas sobre el mundo de los toros, realizadas a una distancia lejana pero adecuada (Taiwán). Después de terminar la tesis doctoral (El toreo caballeresco en la época de Felipe IV. Técnicas y significado socio-cultural, Real Maestranza de Caballería de Sevilla, 2007), me decidí a entrar en otros temas más cercanos y relacionados con el toreo de a pie. Poco a poco un argumento (el primero fue sobre la conveniencia de escribir un manual que explique la corrida y el mundo de los toros) me fue llevando a otro, de una manera azarosa y puede que natural; y así desde esa fecha hasta hoy he ido publicando esos ensayos taurinos (que terminan con el dedicado a la figura de Ernest Hemingway) enmarcados todos en la necesidad de las publicaciones académicas universitarias. Puedo decir que he sobrevivido al clima de censura sobre la temática taurina existente en los medios culturales universitarios. Posiblemente, el lugar de composición, Taiwán, ha ayudado a ello.

La frase de Joaquín Vidal que usted cita (por cierto, un autor referencia única en la crítica taurina: a quien desde la oficialidad se le denigra) creo que la empleó sobre el toreo de Rafael de Paula en la feria de otoño de 1987. Viene a ser un planteamiento que nos traslada al plano espiritual de la fiesta de los toros y a la religiosidad que se desprendía del concepto taurómaco de Paula. Ambas personalidades (Vidal y Paula) son excelentes puntos de partida para plantearse cómo abordar el tema taurino como literatura y como escrito histórico. Desde luego en los ensayos del libro no he podido llegar a esa perfección que los dos maestros citados pretendían en sus respectivas disciplinas. Sí puedo asegurar que a la hora de componer cada ensayo del libro, he tenido presente que el camino para alcanzar lo mejor se traza siendo fiel a lo que nos enseña aquello que sabemos contiene lo que denominamos como clásico y su ética.
 


Momento de la presentación del libro por parte del maestro Campos

-Para mayor dicha suya, maestro, ha escrito usted el libro en Taiwán puesto que, allí ejerce usted como profesor de literatura hispánica. Tras leer su libro, señor Campos, descarto para siempre que lo del marco que a uno pueda rodearle es pura patraña; es decir, se puede escribir como los ángeles como es su caso sin necesidad de tener Las Ventas cerquita, por aquello de narrar de toros ¿verdad?

Para mí, como he comentado anteriormente, escribir el libro en Kaohsiung (Taiwán) ha sido una distancia ideal, pues me ha permitido poder expresarme con libertad, cuando sabemos que en nuestra cultura y en nuestra sociedad, en los últimos tiempos, es muy complicado manifestarse con criterios libres, pues el ambiente que nos rodea -más aun en el ámbito taurino- nos censura y nos impide ser críticos con el relato triunfante. En este sentido solo hace falta ver lo que dice, en general, la crítica taurina de lo que sucede en los ruedos españoles, o bien observar el tipo de publicaciones taurinas dominantes, que suelen ser propagandísticas con lo que la opinión taurina oficial y los poderes del medio establecen. El haberme formado en Las Ventas, fundamentalmente, con antelación a mi estancia en Taiwán, ha sido vital, pues desde que me hice aficionado en 1979 hasta la fecha de mi viaje para trabajar en la Universidad Wenzao, en 1999, pude ver toros en una época de cambio de la tauromaquia, pero con la suerte que en ese tiempo todavía se conservaban en los festejos, en cierto modo, los mandatos táuricos de los viejos tiempos. Para mi ha sido primordial haber visto toros bajo la influencia rigurosa de la afición madrileña. Un rigor que el sistema taurino existente, en estos tiempos, quiere erradicar a toda costa, sin darse cuenta de que en el núcleo de la afición taurina, la exigencia, es lo que mantiene la llama de la tauromaquia.

-Por todo lo que nos contó en Alicante, para narrar dicho libro le arroparon a usted plumas de enorme prestigio. Por cierto, ¿está reñido el prestigio, la cultura, con la popularidad?

En la actualidad todo indica que sí. Las personas más valiosas en el terreno de la investigación, de la escritura, de la composición musical y de la enseñanza, no son apreciadas. No sé si alguna de ellas serán conocidas. Pero, desde luego, no influyen para nada en las actitudes y comportamientos de las gentes en general. Casi todo lo que nos queda en el mínimo plano cultural que nos toca experimentar es superficial, de poco fuste, muy alejado de otros momentos históricos. Si hablamos de la escritura, por poner algunos ejemplos, dónde hoy un Camilo José Cela, un Miguel Delibes, un Rafael Sánchez Ferlosio, etc. Me hablan de Fernando Aramburu, a quien quiero leer. Ojalá, cuando le lea, perciba que es un escritor de esa categoría señalada. En el toreo pasa lo mismo. Mejor no poner ejemplos en este sentido. La esperanza surge si pensamos que seguramente en este mismo momento existen personas que de manera callada estarán creando una obra bella y seria que será valorada en las siguientes décadas. En el toreo no se da esa esperanza.
 
-Señor Campos Cañizares, decía el maestro Facundo Cabral que la cultura era un mero accidente en la vida. Yo creo que Cabral sentenció una de las más grandes verdades. Siendo así, ¿hacia dónde camina la sociedad en que vivimos?

Me ocurre como a Pío Baroja cuando hablaba de que no se reconocía en la sociedad que le rodeaba. Lo que estamos viviendo en los tiempos que corren me supera, aunque intento sobrevivir para que no me afecte emocionalmente aquello que me parece casi como el inicio de enfermedades sociales. Siempre ha existido el amor a los animales, turismo y modas, si bien hoy se está superando la capacidad acrítica de los hombres. Lo que observamos a nuestro alrededor (un hombre-un perro, un hombre-una bici-por encima de todo, el exceso obsceno de tatuajes, un hombre-una pantalla de móvil con todas sus consecuencias) nos lleva a pensar que la manipulación del pensamiento y el control del comportamiento humano está llegando a cotas de sumo refinamiento. No solo es que no se aprecie la cultura, que no se lea prácticamente nada (¡leer de verdad, no simplemente informarse!), que no se sepa escuchar música (¡qué música nos rodea de manera permanente y en todos los lugares! ¡Un hilo musical banal inaguantable!, defendido desde el poder: miremos ese cierre de telediarios siempre con grupos de música chabacanos). Cambios y crisis que afectan a las áreas de la literatura, del cine, de la arquitectura, de la cultura y del arte en general. Si además hablamos sobre otros territorios de civilización ocurre lo mismo: la ausencia de religiosidad, de tiempo para reflexionar, de amistad, de criterio, de gusto. Por su parte, en el toreo la crisis, la decadencia, se instala en la desaparición de la hondura, de la verdad, del ajuste, de la pata p’alante, del remate, de lo curvo detrás de la cadera, de la mano baja. Llevamos muchos años de pegapasismo insoportable, de avisos, de toreo que no emociona, de destoreo, de toros que claudican desde la salida del toril. Hacíamos antes alusión a la esperanza; siempre he creído que puede venir una generación de jóvenes que no se crea lo que los libros actuales de texto les explican, ni sus profesores, ni sus padres, y que reivindiquen el buen gusto y las buenas actitudes, entre las que se encuentra ver que la tauromaquia es ecologismo y civilización.
 


El maestro Campos con Paco Llorca, director del Museo Taurino

-Báñese, maestro y dígame un cartel de feria con los toreros que ahora mismo tenemos.
 
Los aficionados no somos empresarios, pero ya que el actual responsable de Las Ventas no ha sabido (no ha cumplido con su promesa de) montar su prometida Feria de La Paloma alrededor de la festividad del 15 de agosto, le puedo (a toro pasado) dar varios carteles que podían haberse dado también en otras fechas de este verano (finales de junio o comienzos de julio).
[Simón Casas, ha pasado a la historia de Las Ventas por ser el primer empresario que ha quitado las corridas de toros veraniegas en Madrid, de donde salían los toreros que saltaban de la preparación en solitario a los carteles de las ferias de finales de temporada y comienzos de la siguiente -recordemos solo algunos, sin realizar grandes esfuerzos memorísticos: Gregorio Tébar El Inclusero, Paco Ojeda, José Luis Palomar, José Luis Parada, Frascuelo (…) no hace mucho, José Luis Moreno (…) hace solo unos días, Juan Ortega. De esta manera será el sistema taurino empresarial el que decidirá los carteles de todas las ferias, sin dar la posibilidad a ninguna sorpresa ni a la renovación. Aún así, este año se les ha colado Octavio Chacón, ya que la feria de San Isidro admite la entrada de algún torero no tutelado por los de siempre. La programación veraniega de Las Ventas de 2018 con solo novilladas, con novilleros a la desesperada, no beneficia al mundo de los toros, que adolece de repetitivos carteles, en todas las ferias, que determinan la existencia de un tapón que impide la regeneración. Simón Casas este año se ha encargado de ajustar aún más ese tapón para que no entre nada. Hay que decir, también, que siempre en verano, antes, venían a Las Ventas toreros del gusto de Madrid y figuras, pensemos en la época de Manolo Chopera: Manzanares padre, Julio Robles, Niño de la Capea, Antoñete, Curro Romero, Rafael de Paula, etc. Ahora nos dicen que es imposible porque los gustos han cambiado, etc. La estrategia es clara, acabar con los toros en Madrid de San Isidro a la Feria de Otoño, algo que puede ser el final de los toros en Madrid, pues no han pensado que si se pierde la costumbre de ir a los toros todos los domingos, se puede matar la afición, y de paso se echa al aficionado que va a todos los festejos que es el que da el testigo a los jóvenes sobre criterios y formas de ver. Yo mismo me hice aficionado viendo las corridas de verano de Madrid].

Voy a dar distintos carteles: uno como apertura del verano, a finales de junio o comienzos de julio: toros de Alcurrucén para Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Paco Ureña. Luego los carteles de esa fallida Feria de La Paloma prometida por Simón Casas y no realizada: para el miércoles 15 de agosto: toros de Saltillo para Octavio Chacón y Javier Cortés, mano a mano; 16 de agosto, jueves, toros de La Quinta para Eugenio de Mora, Juan Ortega y Gonzalo Caballero; 17 de agosto, viernes, novillos de Cebada Gago para Mario Sotos, Toñete y Pablo Mora; 18 de agosto, sábado, toros de Baltasar Ibán para Finito de Córdoba, Iván Vicente y Fortes y 19 de agosto, domingo, toros de Adolfo Martín para Diego Urdiales, Fernando Cruz y Emilio de Justo.


Nosotros representábamos a Opinión y Toros

-Su pasión por Antoñete es algo que se vislumbra a lo lejos dentro de las página de su libro pero, ¿qué tenía Antoñete que no tenían sus compañeros, al menos una gran parte de ellos?

Pienso que muchos toreros han entendido en profundidad el toreo y lo han llevado a lo más alto (Domingo Ortega, Antonio Bienvenida, Antonio Ordóñez, Rafael Ortega, etc.). Visto desde hoy lo que hizo Antoñete en su segunda etapa taurina vital (desde 1981) se ve como una heroicidad: por su compromiso con la fiesta de los toros, su valor, su afición, su verdad. Consiguió ser figura con cincuenta años, algo que no sé si es un caso único en la historia del toreo. Muchos señalaban entonces que en su día fue un segundón. En el toreo, en su ambiente, siempre se quiere rebajar lo valioso cuando no conviene, es algo muy taurino. Entonces surge la descalificación. En el caso de Antoñete, realmente, en lo que hay que fijarse es en lo que llegó a conseguir en su etapa estable de esplendor y qué metas alcanzó en esos años y qué valores dejó instalados en los aficionados. A su vez, se puede demostrar que en su primera época, torear sabía y lo hizo. Luego vino la perfección. Todo coincide con momentos de la tauromaquia donde los números, la cantidad, se fue situando, por parte del negocio taurino, por encima de la calidad. Esto nos debería hacer pensar en cómo muchos otros toreros verdaderos no fueron apoyados, en épocas de corte de orejas y de elevado número de pases, caso de Gregorio Tébar, Frascuelo o Antonio Sánchez Puerto, etc. [Desde el poder taurino siempre se sabe justificar el por qué no, pero rara vez se apuesta por la excelencia]. La fiesta debe ser analizada y disfrutada desde criterios de exigencia y calidad. Por eso la grandeza y lo emotividad de la vuelta de Antoñete en los ochenta.
 
-Somos, amigo Campos, un reducido grupo de aficionados los que mantenemos viva la llama del toreo pero, ¿qué sucederá cuando se apague dicha llama?

No sabemos que sucederá en el futuro. Puede que nos sucedan aficionados que defiendan el toreo incruento porque no les quede otra solución. Será un final para la fiesta como grandeza. Desde la estancia de decisión se trabaja en esa suplantación de la fiesta de toros, según nos la ha transmitido la historia, por otra moderna, sin contenidos, un tipo de fiesta que se avenga con el pensamiento relativista de las nuevas corrientes políticas e intelectuales. Puede que por eso se esté defendiendo un toro sin fuerzas, desrazado, noblón, obediente, para que no veamos en las plazas de toros la verdadera metáfora de la lucha del hombre en su medio natural (lo que fue su devenir histórico), su lucha por la vida, en su superación como especie, insertada en la lucha natural.
 
-Por si nos faltaba algo, ahí tenemos a los antitaurinos, a los políticos radicales y un gran segmento de la población que, como se demuestra quieren erradicar para siempre la fiesta de los toros. ¿Qué les diría usted a estas gentes sin alma, por tanto, insensibles?

Aunque puede que llegue a pensar la cuestión en los términos que usted me expone no me expresaría con esa contundencia, pero le entiendo perfectamente lo que quiere decir, pues nos están llevando a un callejón sin salida a aquellos que amamos el mundo de los toros siendo, nosotros, conscientes que defendemos la vida del toro como especie. En los momentos actuales falta respeto por la opinión ajena, y, sobre todo, prudencia y no ser temerario opinando sobre lo que no se sabe. Ya dejó escrito Platón que la democracia se movía en el terreno de la opinión y no en el del conocimiento, y es algo que estamos sufriendo en nuestras carnes. Ocurre en todos los ámbitos de la esfera de lo humano. Pienso que el mundo anglosajón con la imposición de su movimiento global actual, tecnológico y cultural (aculturación hacia lo que ellos piensan y gustan), son los causantes de ese opinar y decidir sobre otras culturas y otros mundos, sobre cuestiones donde quien opina las desconoce y es ajeno a ellas. Es de una enorme contradicción que cuando se nos transmite que la globalización es alteridad, en realidad observemos que es precisamente lo contrario.
 


José Campos, Pla Ventura, El Inclusero y Paco Llorca

-La bendita democracia, la que soñábamos todos los españoles, como se demuestra, solo nos trae que privaciones de libertad. Se lo digo porque jamás en la vida se nos había prohibido nada. ¿Cómo puede haber gentes en la política que confundan la democracia para ejercer en su poder una total dictadura?

Ya he comentado anteriormente que Platón describió el sistema democrático como un sistema inane en conocimientos, donde la molicie arruina la aventura humana. Es lo que estamos viendo. Aquél que vive en la molicie, antes de entrar en su nirvana, donde vegeta, igual tiene que cuidarse de prohibir aquello que le impide permanecer en su letargo. Es decir, no le conviene la existencia en ningún ámbito de la vida de lo que contiene exigencia, esfuerzo, libertad y criterio ganado a pulso con valentía, de todo aquello de lo que está formado el mundo de los toros; un mundo que molesta porque nos remite a los orígenes del género humano y a la lucha animal en paridad, a su metáfora y a su ejemplo. Ahora la tecnología tapa todo aquello que muestre al hombre como ser frágil, a un ser hecho en el esfuerzo y en la lucha. La lectura, la educación, en sus vertientes plenas con sus aprendizajes (acceder a Platón, Aristóteles, Séneca, Cervantes, Descartes, Spinoza, Goethe, Schopenhauer, Tostoi, etc.), todo eso sobra y se esconde. A los toros, por ser más ilustrativa, radical y visual su reminiscencia, se les tiene que prohibir.
 
-En su conferencia de la presentación del su libro nos nombró usted a Paco Ureña como un referente de la verdad del toreo en los tiempos que vivimos pero, ¿cree usted que Ureña podrá soportar la presión a la que es sometido por parte del taurinismo?

Es fácil que caiga. Ya le pasó a El Cid que logró en 2007 en Bilbao una cima en la tauromaquia en los tiempos modernos. A pesar de ese logro, El Cid no era aceptado por el mundo taurino (evidentemente, toreaba), y él quiso acercarse a ese mundo suavizando su toreo, descargando la suerte (una cuestión vital para ser aceptado por los taurinos) y abaratando su puesta en escena. Pero, es algo que no le ha servido porque los taurinos no le han recibido, y, a la vez, ha perdido la confianza de muchos aficionados a los toros. Ese ejemplo de rectificación de El Cid en su trayectoria, es algo que Paco Ureña debería tener presente para no desvirtuar su toreo, un hecho que le piden a gritos los taurinos, para que no sea una posible referencia para toreros y aficionados. A Paco Ureña habría que pedirle seguridad en sí mismo (que la tiene) por un camino natural, no afectado, si bien él teme que a la mínima le muestren números (lo cuantitativo) de orejas no cortadas como base para no anunciarle y no apoyarle.
 
-Tanto tienes, tanto vales, la mejor frase que podríamos aplicar al mundo de los toros. Se lo digo porque antes los pobres querían ser toreros para hacerse ricos y, ahora, para ser torero, ante todo, hay que ser rico. ¿Cómo se dirime esta cuestión?

Tal vez, existan hoy menos pobres que quieran ser toreros que antes, y no se puede romper el muro que han levantado los taurinos a aquellos que no pueden pagarse su acceso a las novilladas. De ser muchos lo romperían. Evidentemente la fiesta de los toros no está llegando al mundo de los pobres. La censura intelectual y política está cortando esa posible comunicación. La fiesta de los toros en su base es popular. Pero los movimientos ideológicos vigentes (la socialdemocracia, el comunismo, el populismo/no me refiero a aficionados con estas ideologías sino a las líneas maestras de dichos pensamientos, hoy, cercanas al animalismo) están teniendo éxito en que los toros no sean un fenómeno popular. Más bien desde esas posturas de pensamiento político se están defendiendo cambios de costumbres globalizadas (el animalismo) y se introducen, al mismo tiempo, por medio de las escuelas y los medios de comunicación, ideas ajenas a la tradición. El adoctrinamiento ideológico globalizador obvia al mundo de los toros, al auténtico flamenco, a la Semana Santa, a todo vestigio de fiesta popular antigua hispánica. Para que esa censura sea eficaz, en los toros, hay que prohibir la entrada de los niños en los festejos y alejarles de todo contacto con un pasado civilizador hispánico. La base popular del mundo taurino está siendo cercenada y ello es visible en un menor empuje de los pobres en querer ser toreros.
 
-¿Qué consejo le daría usted a los aficionados para que leyeran su último libro?
 
Que lo vean como un libro variado de contenido, y entretenido, que aborda temas que todavía están presentes en la cultura taurina enfrentados a futuro. Y, si lo compran y lo leen, darles las gracias.

-Añada lo que su corazón le indique.

Nos encontramos en un momento histórico, dentro de nuestra afición a los toros, que la mejor defensa tiene que pasar por decir la verdad. No podemos seguir instalados en la mentira. Si hablamos de decadencia del toreo (en todas las tertulias se constata), pensemos que coincide con el reinado de algunas figuras de las que nos dicen maravillas, pero que sencillamente están tirando líneas y destoreando, ante toros que obedecen tanto que no emocionan y no son toros. La crítica tiene que renovarse y tener la valentía de corregir aquello que nos sume en el aburrimiento y la desidia. Existen excepciones, como esta misma página (Opinión y Toros) y Salmonetes ya no nos quedan. La verdad pasa por la exigencia y la recuperación del toro de lidia auténtico (igual sería bueno que viviéramos un periodo torista) y la recuperación de las faenas con inicio, desarrollo y cierre, con pocos muletazos, y (siempre que el toro lo permita) con ajuste, ir hacia adelante (cargar la suerte), mano baja, llevar al toro hacia atrás de la cadera y todo bien rematado. Lo clásico.

Para finalizar, me gustaría comentar que estoy totalmente en contra con la operación que pretende reducir el ruedo de Las Ventas, que no es otra cosa que acabar con el toro de Madrid, con todas las consecuencias que esto comportaría a favor de los taurinos (y contrarias a la tauromaquia). Es algo muy grave, que el sistema taurino quiere que pase y los aficionados no podemos permitir.

-Muchas gracias, maestro Campos Cañizares, que su libro sea un éxito como lo ha sido siempre su vida en aras del toreo auténtico, al tiempo que su vida toda ha sido motivo de lección por allí donde ha anidado; no importa que sea en Taiwán, en España, donde allí se encuentre usted que, todos, sin distinción, al leerle o tratarle tendrán la sensación de que tratan a un hombre bueno.

Fotos: Pepe Tébar

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