Días pasados nos cupo la dicha de saber que David de Miranda reaparecía en los ruedos y que lo hacía a lo grande, en las fiestas colombinas de su Huelva querida y junto a Morante y Manzanares.
Cualquier aficionado se alegraría de saber que, Miranda, el que sufriera una horrible cogida el pasado mes de agosto –justo hace un año- en la plaza de Toro, Zamora. En aquella aciaga tarde un terrible lesión en el cuerpo de David de Miranda, por momentos, se temió por su vida y, acto seguido había muchas dudas de que se pudiera recuperar al hombre puesto que, como torero casi que se había perdido.
En principio se nos antojaba otro drama más de la propia fiesta de los toros lo que era la cogida de David de Miranda pero, se trata de un chico muy joven, ilusionado, capaz, auténtico, rebelde consigo mismo; una serie de factores que siempre han jugado a su favor los que, a base de mucha constancia, de un sacrificio infinito, como antes decíamos, un año después de aquel macabro suceso, la gran realidad era ver a De Miranda hacer el paseíllo en su Huelva amada.
David de Miranda, triunfador
Pocos tenían la certeza de que el chico se recuperaría pero, ya vimos, puede más la constancia y la paciencia que las demás virtudes que un hombre pueda atesorar. Y David de Miranda ha sido todo un ejemplo de constancia y vocación. Su recuperación ha sido larga, durísima puesto que, el diestro ha tenido que soportar momentos de incertidumbre, dolor, amargura y desaliento. Pero pudo más su convicción al respecto de su ser que todos los problemas que le acarreó aquella tremenda lesión, la que ha superado con matrícula de honor.
Como digo, faltó muy poco para que se truncara para siempre la carrera de un novillero que se doctoró en su tierra natal, Huelva, de manos de José Tomás, un cinco de agosto de 2016. Todo hacía presagiar un futuro esplendido para dicho torero y, un año más tarde, el pasado mes de agosto, como explico, por poco se siegan todas sus ilusiones en aquel fatídico día en Toro.
La imagen de David de Miranda, la que no queremos que se repita
Pero gocemos de la realidad que ahora nos ocupa puesto que, David de Miranda, como ante dije, reapareció hace pocas fechas en la que él considera su plaza, Huelva, y lo hizo por lo grande como ocurriera en el día de su alternativa.
-La alegría que todos sentimos fue mayúscula, matador, al ver que reaparecías en Huelva. ¿Cómo te encontraste en dicha reaparición?
Fenomenal. Yo diría que muy bien. Llevaba ya un poco de tiempo entrenando y, si le soy sincero, me sentí pletórico; es decir, sin el menor resquicio de lo que fue mi lesión que, aquellos primeros momentos todos nos asustamos mucho.
-Por lo que veo, David, te gusta todo hacerlo a lo grande; es decir, alternativa épica en Huelva de manos de José Tomas y, tu reaparición en estos días con Morante y Manzanares. ¿No sentiste complejo ante estos artífices de la torería actual?
No, de ninguna manera. Yo sabía el reto que acometía, pero al mismo tiempo sabía que mi problema lo tenía que resolver yo; para nada debería influirme la grandeza de mis compañeros que, como se sabe, ellos antes del paseíllo ya lo tenían todo ganado, era yo el que tenía que ganar y a su vez, conquistar.
La actitud de David de Miranda en su reaparición
-Y para colmo de tus males, amigo, reapareciste en una tarde que, como se pudo saber, las musas soplaron a favor de Morante puesto que, como me han contado, el de La Puebla tuvo una de sus tardes más geniales. ¿Te motivó de alguna manera la genialidad de Morante?
Como aficionado disfruté más que nunca en mi vida; luego, como torero, yo tenía que resolver mi problema, algo que hice con total dignidad. Pero sí, cualquiera no se motiva con un genio como el que hemos comentado a mi lado.
-Dicen que hiciste una faena sensacional y, algunos, hasta certificaron que estuviste a la altura de Morante. ¿Qué dices tú?
Me sentí muy a gusto, la prueba es que hice una faena muy aclamada por los aficionados que, al final me sacaron en hombros junto al genio de La Puebla. Sin duda que era una prueba de fuego la que tuve pero, a su vez, una satisfacción muy grande al compartir cartel con los grandes toreros del escalafón.
De Miranda, el día de su alternativa junto a José Tomás
-Recuerdo, matador, que hablamos unos días después de la lesión tan grave que sufriste y, aunque dolorido y maltrecho, fíjate, hasta te noté ilusionado ante las palabras que en aquella ocasión me contaste. ¿Cómo ha transcurrido ese año tan duro para tu persona?
Usted lo ha dicho, el año más duro de mi existencia puesto que no solo tuve que afrontar el quirófano; lo más grave estaba por llegar; yo diría que lo más duro de mi existencia. Fueron meses de rehabilitación, de constante entrega por mi parte para que mi cuerpo se recuperara puesto que, era tanta la ilusión que tenía por volver a torear que, de no haberlo podido hacer, no me hubiera importado morir; pero lo logré con la ayuda de mis padres, de los profesionales de la medicina que me atendieron y, sin duda, por todo el esfuerzo que yo fui capaz de hacer.
-Seguramente, desde el momento en que atisbaste que volver a torear podría ser una realidad, no me cabe la menor duda que esa fue tu mejor medicina. ¿Verdad?
Todo sucedió muy poquito a poco; pero sí, hubo un momento como usted dice que, para mis adentros me convencí de que mi sueño sería posible; es decir, volver a enfundarme el traje de luces. Y a partir de ahí lo demás ya resultó más sencillo porque anímicamente yo le había ganado la partida a mi lesión, por ello, estaba convencido de volver a torear y, a Dios gracias así ha sido.
-Según he podido saber vuelves a Toro, Zamora, la plaza donde sufriste la terrible cogida. ¿No tienes miedo de volver al escenario del "crimen"?
No, para nada. Es una plaza más; esa cogida pudo haberme sucedido en cualquier plaza, por tanto no hay que poner reparo alguno; más bien todo lo contrario.
Un natural del diestro de Trigueros
-Una vez más fuiste aclamado en Huelva, tu tierra, en la que eres ídolo admirado. ¿Qué sentiste cuando recogiste aquella ovación tras el paseíllo?
Sentir el calor de los tuyos sabe a gloria pura y en mi plaza siempre lo he sentido, quizás que ahora con un poco más de fervor, pero con la ilusión de siempre.
-Salir en hombros, como es tu caso, con José Tomás en tu alternativa y con Morante ahora en tu reaparición, imagino que eso te dará un plus de credibilidad para tu propio ser puesto que, si has triunfado junto a los más grandes, tu sueño sigue siendo posible.
Esa es la idea, poder salir siempre en hombros por aquello de afianzar contratos puesto que, como usted sabe aquí no se regala nada, se lo tiene que ganar uno a pulso; es decir, yo debo tener muy claro que, en el toreo, mi peor enemigo puedo ser yo mismo.
-Te veo tan ilusionado, tan esperanzado que, por tus palabras, deduzco que ya deberías de haberte apuntado para la feria de Otoño en Madrid; digo apuntarte, ofrecerte a la empresa para ser arte y parte de esa feria que, como todo el mundo sabe, se sortearán toros y toreros, todo un revulsivo de cara a los aficionados que gozosos, albergaremos en el corazón dicho acto de justicia. ¿Lo hiciste?
No. Y digo que no con toda la humildad del mundo porque lo que quiero es placearme un poco más para poder acudir a Madrid con total garantía al respecto de mi persona. Pero no será por falta de ilusiones que, como usted comprenderá las tengo todas.
El triunfo total en su reaparición
-¿Qué proyectos tienes ahora en lo que resta de temporada?
Tenemos varias corridas de toros en algunos pueblos que, sin duda, fortalecerán mi rodaje como antes decíamos y, lo que es mejor, familiarizarme con el toro que es un hecho fundamental para todo el que quiera sentirse torero.
-¿Te has planteado un número de festejos determinado?
No, disfrutaré de lo que venga que no será mala cosa. Es más, lo que venga siempre será una bendición porque en el mes de mayo, posiblemente, mucha gente podría pensar que no torearía más y, pese a todo, verme vestido de torero me llena de gozo.
-Disfruta de tu éxitos, matador, lo mereces como nadie puesto que, como el mundo sabe, tu vida ha sido un ejemplo para el mundo de los toros y para cualquier ámbito en la sociedad en que vivimos; no sé si queriendo o sin querer, pero la gran verdad es que con tu ejemplo todos hemos tomado una espléndida lección. Mucha suerte y que logres todos los éxitos que mereces.
Fotos cedidas por el diestro