Hilda Tenorio, la constancia es su más fial bandera

-¿Crees, Hilda, que de verdad se ha valorado en su justa medida el gran esfuerzo que supuso para ti aquello de matar seis toros?

Son pocos los que lo han valorado, sin embargo, hay quienes, de parte de la prensa ni lo mencionaron siquiera.
Creo que no se ha valorado el esfuerzo que he hecho, ni mucho menos las condiciones en las que lo he hecho.
Te cuento, que hace poco platicando con un matador de toros en retiro, me comentó: "Cuando yo vi que reaparecía Hilda Tenorio después de un año sin torear y una lesión tan fuerte y matado seis toros en solitario, lo único que pensé fue: esta mujer abusa del valor. !Es una locura!"
Desde luego esa es la opinión de alguien que sabe lo que es pararse delante de un toro y que en su momento tuvo también una encerrona.

-Fundamentalmente, ¿qué te motivó para llevar a cabo tan grande hazaña?

El que mi carrera había estado parada de manera forzosa por un año y tenía que reaparecer haciendo ruido, era un todo o nada y aposté todo. Desde mi preparación previa, alejándome de mi familia por dos o tres meses, estando en Apizaco con la familia del Matador Uriel Moreno "El Zapata" para entrenar ahí con él y con su escuela. Hacer vida de torero para aspirar a triunfar como torero. Hay que marcar la diferencia siempre.

Cerrando una media con el capote

-Tú que eres una mujer sabia, además de crítica contigo misma, ¿qué lectura harías de tu tarde? Es decir, ¿qué falló cuando estabas tan ilusionada ante el evento más importante de tu carrera?

Primero, fallaron los toros y después, falló la espada. Sin embargo, no me lacero con esa falla, entrené y mucho, me preparé bien de salón y físicamente, pero es muy diferente entrar en el carretón que en la realidad; en todas mis reapariciones (por las ya muchas lesiones que he tenido) siempre me encuentro en que las primeras tardes se me ve falta de sitio.
En esta ocasión, la falta de sitio fue con la espada, y no tanto toreando, porque los toros supusieron una prueba muy complicada, y la superé.
Estoy contenta, me propuse una meta y la cumplí, habiendo toreado como preparación para la encerrona, no más de diez becerras añojas. Imagínate, después de un año sin torear, prepararte con diez añojas y salir a matar seis toros... estoy satisfecha, fue un gran reto, más grande de lo que la gente de enteró, y lo logré.

-Quisiera saber las dimensiones de tu corazón que, con toda seguridad no te cabe en el pecho. Lo digo en el sentido de que, salvo a David Silveti, pocos toreros he conocido como tú capaces de sobreponerse ante la adversidad. ¿De dónde sacas fuerzas para salir siempre victoriosa de los lances amargos que te ha dado la vida?

Yo creo que el ser humano se va haciendo metas y cumpliéndolas vas soñando y viendo la manera de realizar tus sueños, seguir y nunca parar. Lo que alimenta mi espíritu es sin duda el deseo de ser mejor cada día.

Hilda haciendo de picador en su 'encerrona'

-Hazme un balance de todos estos años que llevas como matadora de toros. ¿Qué hito ha sido el más importante de lo que ha sido tu carrera?

Han sido varios... me conocen como la Matadora histórica y creo que he tenido una carrera muy bonita donde afortunada o desafortunadamente las lesiones que he sufrido han permitido demostrar mi fortaleza y afición. Aunque también he de decir que esas lesiones no habrían aparecido si no me pusiera en la línea de fuego y si no le exigiera tanto a mi cuerpo.

-¿Qué te debe La México que todavía no te ha pagado?

Un buen toro... creo que nunca me ha salido un toro que me embista en esa plaza.

-En estos momentos, Hilda, el mundo de los toros estamos todos consternados con la muerte de El Pana. ¿Qué tienes que decir tú al respecto del maestro?

Es una pena lo que le ocurrió, pero por otro lado, me alegro por él, porque quería morir así, por un toro, y Dios se lo concedió.
El Pana deja un legado muy importante, fue un hombre que todo el tiempo fue torero y eso hace mucha falta hoy en las nuevas generaciones.
El Pana ya es leyenda, un torero para siempre.

Toreando con la diestra

-Por cierto, ante un accidente tan brutal como el que sufrió el maestro Pana en Lerdo, algo que le puede ocurrir a cualquier profesional, por ejemplo, en tu caso, ¿cómo sobrellevas esa cruz a sabiendas de la profesión que desempeñas?

Creo que independientemente de que el ser torero sea muy riesgoso, la muerte se puede encontrar en todos lados, hasta en la bañera. La manera de sobrellevar esa idea de poder morir es viviendo. Vive al máximo cada momento de tu vida, disfruta el respirar y cada bocado de comida, disfruta los enojos y las alegrías de la vida... ¡Disfruta todo!

-¿Cómo es tu relación ante la prensa de México?

Creo yo que buena, muchos me apoyan y me reconocen mi trayectoria y como torera seria.

-¿Cómo es posible que en un cuerpo menudo y frágil como el tuyo quepa tanto valor y arte?

En una ocasión alguien me dijo que Dios me había dado un corazón tan grande porque me había quedado a deber en cuerpo (por lo menudita que soy).

Bajando la mano en redondo

-De tu carrera será lo que Dios tenga previsto pero, el reto que has llevado a cabo dudo que ninguna otra mujer en el mundo pueda secundarte. ¿Es ese tu más grande entorchado?

No, me propuse un reto y lo cumplí, para mí es pasado y ahora a lo que sigue. Decir que ese fue mi más grande logro sería un error porque aún falta vida.

-Por lo que veo, aunque sea como espectadora, no te has animado a venirte por España para darte una vueltita por nuestra tierra. ¿Por qué, Hilda?

No ha habido la oportunidad, no he logrado contactar a alguna empresa y me gustaría mucho torear allá. No quiero ir de paseo, quiero torear.

-Eres todavía una linda muchachita, una chamaquita dirían en México pero, ¿qué metas te has puesto en la vida al respecto de tu carrera como matadora?

Tengo que ir a México y triunfar fuerte, eso me tiene que abrir las puertas de otros lados. Quiero confirmar alternativa en Madrid, en Acho, torear en Sevilla y a ser posible en todas las plazas importantes por el mundo.

La cara del éxito la sonríe