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Víctor Puerto  
  entrevista de Pla Ventura [ 10/11/2015 ]  
VICTOR PUERTO: Veinte años de ilusiones
Sorprende y reconforta muchísimo la alegría que desborda Víctor Puerto ante lo que ha sido su temporada en que ha festejado sus veinte años de alternativa. No es una efemérides cualquiera, son cuatro lustros de torería, motivo para celebrar con gozo. Cualquiera, tras conversar con él, afirmaría que ha sido su temporada más excelsa.

Cuando todo hacía presagiar, como confesaba el maestro, que este año sería un acontecimiento por aquello de dicha efemérides, problemas de salud que le han durado varios meses, le han impedido culminar lo que para él era todo un sueño, haber hecho una temporada bonita acorde con dicha efemérides. No pudo ser pero, como digo, Puerto sigue radiante y, lo que es mejor, esperanzado de cara a su futuro.

Al final todo ha quedado en un “puñado” de festivales y tres corridas de toros que han tenido el denominador común del éxito que, como se sabe, refuerza al diestro en sus ilusiones venideras, en sus proyectos para la próxima temporada. Pese a ser “viejo” en el escalafón, Víctor Puerto, como él confiesa, todavía le queda mucho por decir como torero, sin duda, en calidad de artista.

Víctor Puerto pudo saborear la gloria en el toreo; varias vueltas se dio por España en calidad de torero triunfador; nada dejó por hacer y mucho menos por lograr; hasta la plaza de Madrid le vitoreó muchas veces, incluso saliendo dos tardes por la puerta grande de Las Ventas, un balance fantástico que, como explico, le permitió conocer todas las ferias de España y América, al margen de haber batido records maravillosos, tales como encabezar el escalafón con más de cien corridas de toros en una temporada. Éxitos y cornadas, todo en grandes proporciones.


Víctor Puerto renovando sus ilusiones

-Por mal que estén las cosas, Víctor, tú siempre sonríes; nadie mira la vida con ese positivismo del que tú haces gala. ¿Cómo se consigue semejante logro?

Cuestión de actitud; se trata de mirar siempre en positivo porque lo negativo viene solo. ¿Para qué echarle más leña al fuego si éste arde solo? Uno tiene que pensar en un mañana mejor, en un presente ilusionado, en que vendrán cosas buenas y, sin duda, lo que tenga que suceder sucederá, pero de forma natural.

-Además de tu alegría natural, Víctor, tras escucharte, tengo la sensación de que algo ha cambiado tu vida en el aspecto psíquico. Eres un hombre que ha cuidado siempre su mente, lo dice el tratamiento de la terapeuta Toñi Martos, que te fortaleció en los momentos de debilidad mental, como ahora tengo entendido que tienes como preparadora mental a la señora María Águila Domecq, toda una terapeuta al respecto que, por lo que veo, contigo, dicha dama ha obtenido unos resultados extraordinarios. Yo creía, amigo, que esa de una preparadora mental era una cursilería más de los famosos y, por lo que me dices, eso te ha sentado de maravilla.

Mente sana, cuerpo sano, ya sabes. Pero sí, yo he sido el primer sorprendido al respecto; es cierto que, la mente es la “antesala” del cuerpo, valga la expresión y si ésta se encuentra lúcida, el cuerpo, inevitablemente, resuelve los problemas con una entereza increíble. Doy fe de todo ello. Lo que María, mi terapeuta hace, no es otra cosa que cultivarme la mente, prepararme para los enfrentamientos que ésta pueda tener con mi cuerpo. Al final, un resultado maravilloso. Soy un hombre nuevo. Cuerpo y mente, que al final tienen que formar un binomio fantástico para que el cuerpo logre todo aquello que se propone.

-Te veo pletórico, Víctor, pero además de todo lo que me cuentas, para un torero, lo más importante es tener a alguien que firme muchos contratos, ¿no te parece?

Nada tiene que ver una cosa con la otra; ya llegarán los contratos. Lo importante es que cuando lleguen que no se desperdicien como me ha sucedido alguna que otra vez; tres corridas esta temporada, tres éxitos; además de todos los triunfos que he obtenido en todos los festivales en que he participado. Tengo derecho a considerarme un afortunado.


Toreando a la verónica en su última actuación en Madrid

-O sea que, tras todo lo que me cuentas, con esa preparación mental de la que gozas, de llegarte ahora un puñado de contratos te situabas en la cúspide, donde otrora estuviste. ¿Cierto?

No lo dudes. Es algo insólito lo que estoy sintiendo; es difícil de explicar, pero hermosísimo de sentirlo y de vivirlo. Y, respecto a los contratos a los que citas, no lo dudes que muy pronto llegarán como antes decíamos.

-Quizás por eso, como alguien me ha contado, dentro de pocos días emprendes una aventura muy especial y apasionante. ¿De qué se trata?

Voy hacer el Camino de Santiago, algo que me ilusiona muchísimo; allí cargaré “baterías” para todo el año y, estando como estoy de pletórico, si Dios no dice lo contrario, al año que viene puede ser importantísimo para mí.

-Como sabemos, te alejaste un par de años de la profesión pero, como ocurrió, pudo más la nostalgia del traje de luces que la paz de tu casa. ¿Qué pasó?

Si somos sinceros y sin faltar a la verdad, no me retiré por capricho; una durísima lesión de rodilla me dejó en el dique seco, razón por la que mi cuerpo no me sostenía; era imposible poder torear y, lo lógico era recuperarme. Lo logré y, cuando me percaté de que ya estaba bien, verme sentado en casa me parecía horrible; no lo entendía, no lo soportaba, al tiempo que le daba gracias a Dios por haberme recuperado; fueron dos años horribles. Piensa soy un hombre muy joven y, verme sentado en mi casa me parecía absurdo; sentía el deseo, las ganas de enfrentarme de nuevo al toro; por ello reaparecí que, en realidad, yo no lo calificaría de reaparición, más bien de haber superado la lesión haber retornado a lo que era mi actividad durante toda mi vida.

-Tú has toreado bastante en América y, este año, una vez más, regresas a México, concretamente para el Derecho de Apartado como le llaman en La México a su temporada. Seguro que estás ilusionado con dicha contratación pero, como aficionado, deja que te diga que te han puesto en un cartel sin relumbrón; dentro del Apartado, pero sin la gloria que creo que tú te mereces.

El peor cartel es el que no se celebra; eso sí es un mal negocio. Pero verme dentro del elenco de esos festejos, como podrás comprender es algo hermoso. Yo tengo una ilusión bárbara al respecto; es más, estoy deseando que llegue la fecha para hacer el paseíllo en la plaza más grande del mundo y, mentalizado como estoy, poder dar una gran tarde de toros en La México.


Víctor Puerto con la muleta en la diestra

-Imagino que tu viaje no será solamente para ese festejo.

Por supuesto que no. Tengo grandes amigos allí y, como me sucedió en la última vez que estuve, trataré de hacer una campaña interesante por aquellas tierras, antes y después del festejo de la México. Estamos en conversaciones para ello que, a no dudar, seguro que se nos dará; mi última temporada en México resulto muy bonita, por ello, auspiciado por los éxitos que allí tuve, es por ello que ahora entiendo que lograremos nuestro propósito.

-¿Cómo entiendes tú eso que dicen de la adaptación al toro mexicano?

Para mí, puro eufemismo. Todo es cuestión de entrega, de que un toro meta la cabeza que puede suceder en México o en cualquier lugar del mundo. Lo demás es pura retórica. Y si cuando el toro ayuda, lo demás corre de mi cuenta; y si no ayuda, de igual modo. Soy yo el responsable de mis actitudes, tanto de mis éxitos como de mis fracasos. Y respecto a mis éxitos, en México seguro que me recuerdan, algo que esta temporada quiero repetir.

-Tu mente está lúcida, tu cuerpo está perfecto, pero te veo huérfano en lo que a un apoderamiento refiere. Es decir, con un hombre que creyera en ti, en la actualidad, tal y como estás preparado anímicamente, el éxito sería el aliado de ambos; torero y apoderado. ¿Qué ocurre al respecto?

En eso estoy. No es sencillo. Para mí dicha, tengo mucha gente que confía en mí, será cuestión de encontrar a la persona adecuada. Pero lo que necesito es un apoderado de verdad, un hombre que crea en mi proyecto y al que yo pueda contagiar con mis ilusiones. Como entenderás, estoy inmerso en esa tarea; no sé si el resultado será el que yo deseo, pero de que estoy luchando al respecto es la pura verdad. Como verás, no desfallezco y seguro que lograré mi propósito.


Contundente a la hora de la verdad

-Has superado, entre otros muchos escollos, un maldito virus que te ha traído por la calle de la amargura en gran parte del año; sin duda, otro problema que te ha impedido rendir como tú anhelabas. ¿Tenía eso algo que ver con la mente de la que antes hablábamos?

No. Son cosas distintas; una cosa es el cuerpo y otra la mente; claro que, la conjunción de ambas dan un resultado maravilloso como me ha sucedido en el final de la temporada. Pero sí, era un virus que no lo encontrábamos la solución pero que me dejaba muchos días sin sentido, sin ánimos; sin tener ni gana de mirarme al espejo. Ahora, con todo superado me encuentro perfecto para acometer cualquier tarea que me encomiende el destino, sin duda, como algo primordial, crear arte y jugarme la vida dentro de los ruedos.

-Sin duda, Víctor, tras lo que hemos conversado hasta tengo la sensación de que eres un hombre nuevo; trasmites paz, la que irradias por el mundo.

Eso quiero, contagiar a cuantos estén a mí alrededor y, sin duda, esa felicidad que gozo trasmitirla a los tendidos cuando estoy frente al toro. Esa ha sido mi tarea desde siempre y este año creo que lo he logrado en plenitud; he visto a la gente feliz a mi alrededor y eso produce una satisfacción inmensa.

-Da gusto hablar contigo, amigo, no hay rencor alguno de tu parte para nadie, un valor que dice todo de ti.

Efectos negativos como el odio, el rencor, la amargura, todo eso no va conmigo; no conduce a nada bueno. El que sea portador de tales miserias no puede estar en el mundo de los toros que, por sí mismo atisba ya muchísimos problemas, y si a éstos le añadimos los que tú mencionabas, la desdicha la tenemos servida, por tanto, es mejor abandonar. Como entenderás, yo quiero seguir; me quedan muchas cosas por hacer.


A la hora del entrenamiento con su actual preparadora mental, María Águila

-No ha faltado quién me ha contado que, últimamente tu toreo rezuma un poso de torería maravilloso. ¿Es cierto que tu toreo, como los buenos vinos, se torna mejor al paso de los años?

No soy yo el que deba de responder a esa pregunta; pero sí debo decirte que, por lógica, al paso de los años, adquirí el oficio más que suficiente para rociar mi labor con la torería necesaria como para emocionar a los aficionados; pero es algo que imagino que le pasará a todo el mundo. Y no es que yo vaya ahora de purista por la vida; uno es el de siempre, pero corregido y aumentado. Lógicamente, la vida, por sí misma te va enseñando; y en nuestra profesión ocurre lo mismo; vas cumpliendo años, adquiriendo conocimientos, los que pones al servicio de tu arte, esa es mi idea.

-Eso de ser un torero de dinastía, Víctor, ¿en qué ha podido beneficiarte?

Hombre, delante del toro nadie lo hará por ti; es decir, el torero es el hombre que está solo en el mundo, en el ruedo y, muchas veces, hasta en la propia vida. Pero al respecto de la dinastía de la que tú hablas yo he sido un afortunado; mucho más que los que no lo han sido. Ahí ha estado mi padre, como lo sigue estando, toda su vida pendiente de mí; él fue novillero, conoce el oficio y, para colmo, es mi padre. Luego, para que mi fortuna fuera total, tengo a mi tío, Sánchez Puerto, del que tantas cosas bellas aprendí; el lance a la verónica, para mi suerte, parece que lo calqué, algo que me llena de gozo. Mi tío me ayudó siempre, me enseñó, me cuidó; valores todos que se los tengo que agradecer.

-Maestro Víctor Puerto, un honor compartir ilusiones a tu lado. Que Dios te bendiga.

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