Juan Leal cuenta por triunfos sus actuaciones

-¿A quién quieres parecerte, Juan?

Yo quiero ser un torero grande sin necesidad de parecerme a nadie porque si lo intentara, para mí serían todos los defectos del que imitara. Prefiero ser yo mismo, con defectos y virtudes, que para todo habrá, pero siendo yo mismo creo que tengo mucho camino recorrido.

-¿Qué se siente, matador, para un muchacho joven como tú, haber logrado un triunfo de clamor en Bayona frente a un toro inmenso; digamos frente al toro más grande que se ha lidiado en Francia?

Una satisfacción inmensa porque ese tipo de toros son los que definen las ilusiones de un torero; los que piden la acreditación para que demuestre uno su valía y, de mi parte, todo lo que el toro me pedía creo que se lo di sin recato alguno. Para mí fue un éxito sin precedentes, un triunfo redondo que, siendo importantísimo ante el sistema para poder lograr más contratos, internamente me sentí muy a gusto, totalmente dichoso por aquello de haber superado una prueba dificilísima.

Estocada al toro de 688 kg al que cortó las orejas en Bayona. Foto: J.C.Olvera

-Al margen de lo que toreaste en España como novillero, paradojas del destino, llevas entre nosotros muchos años y, tus grandes éxitos, digamos que tus actuaciones todas tienen lugar en Francia. Siendo así, ¿para qué te viniste?

Por una sola razón; si se quiere ser torero, hay que aprender en la “universidad” de España. Junto a ustedes aprendí en la escuela de El Juli, toreé mucho en el campo junto al maestro Paco Ojeda, todo un referente para mi persona; hice muchísimos tentaderos, toreé bastantes novilladas; debuté en Madrid, en Sevilla; en mil sitios más por resumir la cuestión.

-Todo lo que me dices tiene toda la lógica del mundo pero, amigo, de no ser por Francia, no veías un pitón ni en fotografía. ¿Digo bien?

Deje que le diga que ser torero es muy complicado, tremendamente difícil por miles de razones y, en mi caso, con apenas un año de alternativa, tampoco puede comerme el mundo como dirían ustedes. Llegará el momento en que podré torear en España, mientras tanto, poco a poco, iré cincelando mi carrera en Francia que, para mi dicha, triunfo a triunfo, voy abriéndome puertas en todas las plazas.

-O sea que, tras todo lo que me cuentas, tendrás que convenir conmigo que, gracias a Francia, repito, puedes cumplir tus sueños. En el país vecino, aunque nos pese a los españoles, Juan Leal, ahí se reparte justicia, algo que admiramos y aplaudimos.

Es cierto que todos los festejos en los que he intervenido, salvo el de Las Islas Azores, todos han tenido lugar en Francia, algo que me reconforta muchísimo porque, ya puede ver usted, me marché a España con la idea de ser torero y, será desde Francia cuando entraré -ese es mi deseo- en España por la puerta grande de mis éxitos.

Manejando el capote con donaire

-Mira si es importante Francia que te mediste, sin ir más lejos, a Morante en Dax; es decir, torear en Francia te ha permitido torear con las grandes figuras españolas que, dicho sea de paso, según dicen, no has defraudado a nadie. ¿Te imaginas si todos los festejos que has toreado hubieran tenido lugar en España? Y no desdeño para nada tus aptitudes; pero te lo digo en el sentido de que, para un muchacho que empieza, esas corridas hubieran estado revestidas de la más absoluta humildad.

Mi suerte, como la de otros muchos compañeros míos, muchos de ellos españoles, sigue siendo Francia puesto que nos respetan, estimulan y, lo que es mejor, premian nuestros éxitos con repeticiones. Como usted dice, toreé en Dax y en Saint-Gilles, vuelvo a Nimes en Septiembre, y si mal no recuerdo creo a otras plazas más; pero ese tema lo lleva mi apoderado que va informando todo lo que vamos consiguiendo.

-Me han contado que sientes debilidad por tu compatriota Sebastián Castella y, así debe ser porque tu alternativa, la que tuvo lugar el pasado año en Nimes, fue un mano a mano con él. ¿Qué tiene Castella que no tengan los demás?

Ante todo, deje que le diga que yo admiro a todos los toreros. ¡Cómo no admirarlos sabiendo lo difícil que es nuestra profesión! Sebastián es un referente para mi vida, por ello le emulé; él se marchó muy joven a España porque como antes le decía, entendía que en su país se daban las condiciones digamos lógicas para intentar ser torero; Castella lo logró superando barreras enormes por aquello de ser un extranjero entre ustedes. Luego, como torero, sobran todas las palabras; pero sí, su actitud frente a la vida es la que me conmovió, por ello decidí seguir sus pasos.

Un pase por la espalda en la corrida de Dax

-Ya el pasado año, con seis corridas en tu haber, cifra nada desdeñable, hasta te marchaste a México que, como nos han contado, dejaste un grato sabor entre la afición azteca. ¿Cómo fue aquella actuación?

Si, tuvo lugar en el estado de Jalisco y tuve una gran actuación; pudieran haber sido más, pero un problema me “repatrió” de repente y no pude continuar mi campaña por tierras aztecas como ustedes definen a los mexicanos. Corté tres orejas y, deje un grato sabor para volver este invierno.

-Me han contado, matador, que para el año que viene ya estás contratado en las Islas Azores, de forma concreta, en Isla Terceira para las Sanjoninas el año próximo. ¿Tan grande fue tu éxito?

Ante todo, permítame que le diga, vamos, que muestre mi agradecimiento para aquella afición que viven la fiesta de forma apasionada; es un gusto, un auténtico placer torear en aquella plaza. Si, como usted dice, quedaron muy contentos, razón de que me escrituraran para el año que viene.

De hinojos Juan Leal

-Te viniste a España y, por lo que veo, en Francia no te consideran un desertor, todo lo contrario. Tienes una Peña Taurina, participas en innumerables eventos relacionados con el mundo del toro y, para colmo, hasta te escribieron un pasodoble. ¿Qué tienes para cautivar de ese modo?

Mi gratitud para los maestros Pascal Lacouture y Juan Garín, autores de dicho pasodoble, un lujo para mi ser puesto que es un logro casi insospechado para muchos toreros y, en mi caso, pese a mi juventud y poco tiempo en el toreo, hasta me han hecho este homenaje tan bello.

-Imagino, matador, que ahora, a Dios gracias y a tus éxitos, seguro estoy que ya vives de tu bendita profesión, la que te permite jugarte la vida para crear arte pero, tus comienzos, fueron dignos de alabanza; quizás como otros muchos, pero eso de entrenar, incluso torear sin caballos y a su vez trabajar en un restaurante, eso es digno de encomio. ¿Qué te asusta más el toro o el trabajo?

Nada. Porque como usted dice, en su momento, cuando correspondía, me puse a trabajar, como ahora estoy frente al toro. Lo importante es saber adaptarse uno en cada etapa de su vida; yo tenía que sobrevivir en aquellos años y, ¿qué hacer? Aferrarme al trabajo, no cabía otra opción. Como ahora estoy entregado en cuerpo y alma al toro.

El torero francés con la diestra