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Salvador Vega  
  entrevista de Pla Ventura [ 23/01/2012 ]  
SALVADOR VEGA: En esta partida jugamos todos

Es un torero muy recuperable porque, como demostró en su día, su corte de artista le llevará de nuevo al circuito de las ferias. Se llama Salvador Vega y está tremendamente ilusionado ante su futuro. Ahora, de la mano de José Luís Peralta, el diestro malagueño revive nuevas ilusiones puesto que su arte así lo demanda.

Salvador Vega estuvo casi en la cima y, de repente, lo llevaron a la sima, justamente el lugar que nunca hubiera querido ir y del que, a golpes de corazón y a base de triunfos está saliendo por méritos propios. Ya en la pasada temporada dio algunos golpes fuertes a las puertas de las empresas por aquello de sus triunfos; éxitos que tratará de reverdecer en la actual temporada para lograr un lugar de privilegio que su condición de artista así lo demanda.


Concentración en un Salvador Vega muy recuperable

-¿Cómo se encuentra, matador, ante lo que puede ser el devenir de la temporada que estamos empezando?

Digamos que ilusionado, esa sería la mejor definición. Ya, el pasado año, me convencí a mi mismo de que mi recuperación artística era un hecho constatable. Tuve actuaciones de gran nivel que, sin llegar a sumar muchas fechas, si me sirvieron, como digo, para ilusionarme de nuevo.

-¿Qué es para usted el mundo de los toros?

Esta es una partida artística en la que jugamos todos y gana el que mejor “cartas” tiene que no son otras que sus propios triunfos.

-¿Cómo se entiende que usted, en un momento determinado estuviera prácticamente en todas las ferias y, de repente, todo se vino abajo?

Yo diría que todo se debió a mi falta de madurez y, ese error lo pague muy caro; tomé decisiones equivocadas y fíjate lo caro que lo pagué. En su momento debería de haber confirmado rotundamente todas las esperanzas que en mí se depositaron y, repito, me faltó constancia  para haberme consolidado en lo que quiero ser, un gran torero.


Un natural del malagueño

-Y quiere usted reverdecer viejos laureles ahora, en una época más difícil porque, como sabe, se dan muchos menos festejos, por tanto, la tarea es mucho más complicada. ¿Dónde está el secreto?

El secreto no será otro que expresarme delante de la cara del todo conforme yo lo siento, es decir, tratar de mostrar mi vena artística que, si en su día conmovió a muchísimos aficionados, ahora debe de suceder lo mismo; si tenía la moneda, que la sigo teniendo, puedo cambiarla.

-¿Qué podemos esperar los aficionados de este, digamos nuevo Salvador Vega?

Yo apostaría por la naturalidad, esa forma que yo entiendo el toreo que, sin duda, cala en el corazón de las gentes. Sigo entrenando a diario para que, llegado el momento de la reaparición es esta temporada encontrarme pletórico conmigo mismo.

-¿Qué es más difícil, llegar o mantenerse, maestro?

Yo mismo lo he sufrido: mantenerse. Yo llegué con más o menos facilidad y mantenerme me resultó más complicado por las razones antes expuestas. Claro que, me queda mucho camino por recorrer, sigo pletórico de ilusiones y sin duda alguna, trataré de aprovechar al máximo todas las oportunidades que se me den para no volver a sufrir el olvido de las empresas y aficionados.


Toreando con la derecha

-Le estoy escuchando y su sinceridad me conmueve. Asume usted con inusitada naturalidad todas sus culpas y en el mundo en que vivimos en que todos buscamos culpables menos nosotros, repito, me parece increíble que usted no busque culpables fuera de sí mismo.

Pero es muy cierto. De nada me sirve buscar culpables donde no los hay; soy yo el que no supo estar a la altura de las circunstancias, de ahí mi convencimiento de que, en lo sucesivo, trataré de buscar el triunfo con inusitada pasión; será el éxito el que me devolverá al lugar que ocupé y del que no debería de haberme apeado nunca.

-Nosotros, maestro, los aficionados, entendemos que en el mundo de los toros hay muchas injusticias. Se lo digo porque podría enumerarle muchos toreros que, sin ningún mérito artístico están toreando en todas las ferias y, en su caso, ante un torero denominado como artista, a poco que se le fue a usted un pie, de pronto lo apearon del circuito. ¿No lo entiende usted así?

Seguro que existen injusticias, no me cabe la menor duda. Pero dentro del contexto del mundo de los toros en que todo es tan complicado, sospecho que el que está arriba es por algo; y parece que estoy disculpando a todo el mundo; aquí no regalan nada a nadie, por tanto, los que torean todos los días algún mérito deben de atesorar.

-Usted es un torero denominado como de faenas rotundas y, sin embargo, dicho estigma no fue suficiente para mantenerse en lo alto de la tabla. ¿Por qué?

Es verdad que he tenido tardes gloriosas que, como se sabe, los aficionados difícilmente podrán olvidar, por ejemplo en México, Jerez, Huelva, Ronda, Barcelona, Bilbao y otras muchas plazas, pero me faltó, como antes decíamos, continuidad, el error que pagué tan caro.


Salvador Vega se prepara inténsamente en el campo

-Dijo usted en su momento que un torero no puede funcionar por las ferias si no tiene el veredicto de Madrid. ¿Es esto un piropo hacia la afición venteña?

Es una realidad. Por ello, como imaginas, tras varios años de ausencia en Las Ventas lucharé con todas mis fuerzas para estar incluido en la feria de Madrid que, como te digo, un éxito en dicha plaza te catapulta para todas las ferias de España. Un éxito en dicha plaza es el detonante para salir lanzado hacia las principales ferias de España y América y, David Mora e Iván Fandiño son el referente de cuanto digo.

-Dicen que es usted un hombre solitario; que incluso entrena usted solo. ¿Le sirve la soledad para encontrarse con su verdadero ser?

Si, por supuesto. Entreno solo porque me encuentro conmigo mismo y, de tal modo, trato de corregir defectos, enmendar errores y buscar en mi interior que es una tarea importantísima.

-¿Qué añora de su pasado?

Nada. Lo hecho, hecho está y si los aficionados como decíamos recuerdan alguna que otra faena mía me sentiré orgulloso. Pero nadie vivimos del pasado, lo que me motiva es el presente, razón por la que vivo y entreno con la confianza de lograr de nuevo el camino del éxito.


Un torero y valiente desplante de Salvador

-Maestro, ¿una gran faena es una gran faena siempre o, por el contrario, se valora más cuando uno está arriba?

La repercusión es distinta; claro, cuando uno está en la cumbre, además de tener más oportunidades, el nivel es distinto. El pasado año yo llevé a cabo varias faenas bellísimas que en otro momento se hubieran cantado mucho más; pero en ello estoy, el volver donde estaba para deleite de la afición y satisfacción mía propia.

-Que tenga usted muchos éxitos, maestro. Muchas gracias por dedicarnos su tiempo y sus ilusiones.

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