Nacido en la localidad de La Grita, Municipio Jáuregui, del Estado Táchira, en el occidente de Venezuela, bajo el manto celestial del Santo Cristo, este novillero dió sus primeros pasos por su Estado nativo para luego con la premura del caso, adentrarse en los ruedos de Colombia, donde ha logrado cuajar sendos triunfos al igual que en nuestro país, que le dan el aval y carta profesional suficiente para conformar un cartel de novillada con picadores en cualquier Feria Taurina de Venezuela, claro está como el mismo lo dice “cuando los empresarios y ganaderos entiendan que los novilleros venezolanos tenemos igual derecho que los matadores de toros de cualquier parte del mundo taurino”.

De entrada en la conversación, no perdemos mucho tiempo con el novillero gritense Antonio José Ramos, y nos vamos en este mano a mano que nos ha resultado por demás interesante y digno de respeto, para quienes hoy día en Venezuela, se la juegan y hasta tienen que rogar por una oportunidad y cansados de ello, cuando logran los recursos necesarios, toman sus maletas y se van a probar suerte y oficio en otros ruedos del mundo.

¿Vale la pena ser novillero en nuestro país?

“Claro que vale la pena ser novillero en Venezuela, más cuando se tiene la fuerza para serlo, a pesar de que no contamos con un apoyo por parte de quienes deben organizar los festejos y lo único malo es que las oportunidades son escasas, con requisitos increíbles, con un pago de honorarios que dan lástima, hasta pretenden que nosotros compremos los novillos y así no pueden salir buenos toreros, pues le cercenan a uno la ilusión”.

¿Quieres decir que los menosprecian los empresarios?

“Aquí las oportunidades son escasísimas por parte de los empresarios y ganaderos, y espero no la agarren con quienes nos atrevemos a decirles esta verdad, no dan casi novilladas y cuando las dan, pues quieren que nosotros los novilleros seamos los que coloquemos o paguemos los novillos y/o los toros, y así las cosas se hacen mucho más difíciles,, nosotros de broma tenemos para adquirir el traje, los aperos de trasteo y  solo los que tienen un apoderado con mucho dinero, logra torear en buenas plazas taurinas venezolanas, en alrededor de ocho novilladas que se dan en todo el año, y los que tienen mayor suerte pues nos vamos al exterior”.
 
¿O sea que es preferible irse al exterior que hacer campaña en Venezuela?

“Acá en nuestro país, no están cercenando nuestra ilusión de novillero, es difícil no podemos negarlo, hay que luchar mucho pero por la falta de novilladas y de labor de campo en las ganaderías, porque no se crea ud. que los ganaderos también se hacen los locos y no a todos dan la oportunidad de tentar sus vacas y novillos”.

“En verdad que mi campaña ha sido prácticamente en Colombia y  supieras que este país el trato es diferente, nos dan absoluta categoría al torero sea matador, novillero o aspirante, por lo menos a mí allá, me han tratado muy bien, han sabido apreciar nuestro oficio no como en Venezuela que muchas veces nos menosprecian como profesionales”.
 
“Fíjate una cosa, en Colombia esta implantada una ley de que por lo menos en los pueblos y ciudades donde organizan corridas de toros, tiene que haber un festejo menor y los novillos para los novilleros, los toros para los matadores de toros, ningún matador de toros colombiano torea un novillo haciéndolo pasar por toro”.

¿Cuál sería tú mensaje para los empresarios y ganaderos venezolanos? Se la piensa muy bien, y tajante responde:

“Sencillo amigo Giovanni, que los empresarios y ganaderos den más oportunidades a todos nosotros, a los alumnos de las Escuelas Taurinas, de nada nos sirve tener práctica sin verle la cara a una vaquilla y/o novillo, un toro, que se vuelvan a organizar buenas temporadas de novilladas en las Plazas de Toros de Primera como anteriormente se hacía en el Nuevo Circo de Caracas, que se incentive al aficionado a que acuda a darnos su apoyo”.

“Antes que nada amigo mío, aprovecho para darle las gracias por este gran apoyo que nos está dando, que su ejemplo lo sigan el resto de periodistas y cronistas taurinos venezolanos, y ojalá aquí en nuestro país, en la mayoría de ciudades, poblaciones, donde por lo menos hay una plaza de toros, hicieran como en Colombia, que organizan Concursos de Novilleros, donde participen todos los que hay en el país y así haya una competencia justa y equitativa, se motiven más a los nuevos valores taurinos venezolanos, pues la mayoría, los que pueden, están buscando otros horizontes, ya que aquí la atención no es para nosotros los novilleros y en realidad, no es justo, nosotros también tenemos nuestro valor personal como profesional, nos la jugamos como cualquier matador de toros”.

“Más claro no canta un gallo” y el novillero Antonio José Ramos, ha sido muy claro, preciso y conciso, en nuestro país se menosprecia mucho al novillero y es tiempo ya, de darles su valor, su sitio en nuestras plazas, en las Ferias de importancia, porque sencillamente, están ávidos de oportunidades para demostrar lo que valen, dar a conocer su oficio.