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En este mes, cuando se celebra la Navidad y se acaba un año más, nos dirigimos nuevamente a los aficionados, a nuestros lectores, al mundo taurino en general.
Y lo hacemos con las manos limpias… y libres. Las mismas manos con las que iniciamos nuestra andadura allá por 2004. Cierto que con algunos callos de más en ellas, por el esfuerzo y el trabajo, puesto que para ser libres e independientes hay que sacrificarse y amarrarse fuerte a las convicciones y líneas de conducta que te obligan informativamente, por un lado, y te llenan cuando se defiende la integridad absoluta de la Fiesta, ajenos a los intereses de los protagonistas, esos a los que nos vemos necesitados a auditar en nuestra labor.
Ese fue siempre nuestro objetivo y nuestra guía, mantener las manos limpias y ello exigía una dedicación y un esfuerzo especial. Del mundo taurino no había que llevarse nada y sí dar todo cuanto hiciera falta, incluso cubrir nuestros propios gastos de desplazamiento y a veces, también, el pago de las localidades, para hacer llegar a los aficionados opinión e información veraz, sin ningún tipo de ataduras. Eso entendimos siempre que era tener las manos libres y limpias.
Lo conseguimos, lo hicimos. Nunca hemos sido cautivos de la publicidad. Una tentación que hemos realizado en contadas ocasiones, cuando alguien ha querido anunciarse, pero nunca fuimos buscando lo que sabíamos que a la postre nos ataría las manos, y quizá también los pies, para poder estar a la altura del objetivo propuesto.
De ese modo, ligeros de pies y de equipaje, hemos cubierto una trayectoria de la que no queremos presumir que sea la mejor, pero si proclamamos orgullosos que es, y ha sido, diferente, muy diferente.
Con las manos limpias… y libres cerraremos un año más de nuestra trayectoria, contentos de haber cumplido aquello que nos propusimos al iniciar la andadura de OyT. También confiamos en que así se haya percibido desde los distintos rincones del planeta de los toros.
Para todos vayan nuestros mejores deseos para las próximas y entrañables fiestas de Navidad. Con las manos limpias, pensamos, este mensaje adquiere mayor credibilidad.
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