|
Es algo que se observa desde hace mucho tiempo. Los empresarios, casi todos, o todos, son apoderados de toreros y lo que prevalece son sus intereses.
Los toreros que triunfan, fuera del grupo de los protegidos o privilegiados, no suelen rentabilizar esos éxitos. No importa tanto el triunfo como la mano del que te apodera. Es una secuencia que se repite una y mil veces.
Casos como el de Iván Fandiño, quien a pesar de sus incuestionables triunfos, no le abren la puerta de los carteles importantes en las ferias, o los recientes en Sevilla de Escribano y Nazaré, a los que ya veremos si anuncian en algún sitio, ponen de manifiesto una desigualdad y discriminación absoluta.
A lo mejor piensa usted lo contrario, pero la evidencia deja en muy mal lugar a los empresarios que mandan en esto. Sus protegidos, con triunfos o sin ellos, torean mucho en todas las ferias, taponando la salida de quienes triunfan de verdad, y sin protección, en los ruedos.
Comenten sus impresiones y voten en nuestra encuesta.
|
|