A nadie se le escapa que vivimos uno de los momentos más duros y difíciles de la Fiesta. Muchas han sido las causas que nos han llevado hasta aquí, pero lo que se puede asegurar, sin temor a equivocarnos, que es cuando menos gente acude a las plazas.

Las flojas entradas en Valencia, incluído el día grande de San José; tres figuras, o llamados así, Juli, Perera, Talavante, no llegan a tres cuartos en Málaga un Domingo de Resurrección, son señales inequívocas, pero qué decir del juego de los toros este famoso domingo en tres plazas de relevancia: Madrid, Sevilla y Málaga. Los toros de José Luis Pereda, Juan Pedro Domecq y Núñez del Cuvillo si no han propiciado ni triunfos, -cuatro orejas entre las tres plazas, con un público totalmente a favor-, mucho menos han dejado la sensación de que la casta y el poder del toro tiene visos de recuperarse.

Utilizamos solamente estas dos varas de medir por no abundar en el resto de males que la vienen aquejando. Los anti-toros son una insignificancia en la batalla a ganar. Hacen falta otras cosas. Por eso abrimos el debate en nuestra ‘División de Opiniones’, para que libremente los lectores comenten sobre los problemas y sus posibles soluciones.

También proponemos una encuesta para que sepamos su posición sobre algunas soluciones que aportamos. Habrá otras, pero queremos conocer su opinión sobre ellas.