Los destellos artísticos que nos venía ofreciendo Curro Díaz en la presente temporada, nos hacían barruntar que el éxito grande estaba por llegar y, el mismo, se dio cita en Linares, la tierra que le alumbró para la vida y el toreo. Dicho éxito, nos lo ha contado nuestro compañero José Luís Bautista como, a su vez, lo ha cantado la prensa nacional; algunos, hasta lo narran con estupor, como queriéndose asombrar por la belleza de su toreo. Es cierto que, de forma lamentable, algunos revisteros siguen creyendo que, los “buenos” son los que torean todos los días. Yo sigo creyendo que la grandeza artística de Curro Díaz, no es otra que sus contadas actuaciones; convencido estoy que, de torear todas las tardes al estilo de las grandes figuras, se atoraría y, dejaría de ser el gran artista que es.No es un diestro local, en Sevilla saben de su toreo...
Ahora, cuando todos se asombran de la calidad artística de este diestro singular, nosotros, ufanamente, supimos descubrirlo el mismo día que nacimos para el periodismo. Ahí están las pruebas. Reconozco que, tampoco era difícil; con tener un halo de sensibilidad, muy pronto se puede llegar a las entrañas de su arte. Linares ha vibrado como nunca; pero no era la gratitud del pueblo para con el paisano, algo que ocurre muchas veces y, en realidad, se nota cuando la gente del pueblo quiere consolar al diestro localista; lo de Curro Díaz es algo muy distinto. Curro ha cautivado en Madrid, ha bordado el toreo en La Monumental de México, ha dictado lecciones en Sevilla y, a su vez, en innumerables plazas saben de su arte. El inmaculado arte del diestro linarense ha traspasado las barreras de todo localismo para ser un torero para el mundo, eso sí, con las actuaciones precisas y concretas que, las mismas, le permiten desarrollar su sentido torero y, a su vez, dictar las más bellas sinfonías artísticas.y en Madrid, como en otras plazas, también lo han podido apreciar
Como digo, no es Curro Díaz, un diestro de ochenta tardes; si lo hiciera, hasta se desdibujaría a si mismo; el arte, el suyo y el de cualquier artista, no puede darse cita en cada instante, Morante de la Puebla es el referente mágico de cuanto explico; si caso, su gran logro sería cambiar los escenarios; o si acaso, compartirlos. Es triste que, el arte de Curro Díaz, por ejemplo, florezca en Villanueva del Arzobispo, por citar un pueblo, y que sientan su ausencia en ferias como Bilbao o Santander, por citar dos referentes importantes de la España festiva.
Linares, pese a su condición de pueblo, tiene el caché de las grandes ferias agosteñas; tras Málaga y Almería, es la tierra minera la que concita la atención del toreo; cierto es que, el referente de la muerte de Manolete en dicha plaza, le sigue dando fuste al pueblo linarense en el que, como explico, su hijo más ilustre, Curro Díaz, ha bordado el toreo y, como no podía ser de otro modo, le han otorgado el preciado trofeo en honor a Manolete. Convengamos que, además de la crónica de nuestro compañero, hemos podido ver las imágenes de su actuación y, las mismas, certifican lo que desde siempre hicimos gala, nuestra convicción de que, con este diestro, tenemos un artista consumado en los ruedos del mundo. Suyos han sido los momentos más bellos de la feria; sus apuntes barrocos, sus dibujos artísticos, sus retazos más emotivos; en definitiva, suya ha sido la feria con el permiso de Ponce y sus huestes que, como se sabe, congregaron media plaza cuando, Curro Díaz y dos más, prácticamente, llenaron el coso margaritense.
Convengamos que, el éxito del diestro andaluz, no es un triunfo nuestro; será siempre, por ley, suyo propio. Pero si nos sentimos ufanos de que, un gran artista, a retazos de tiempo y de torería, vaya ocupando el lugar que le corresponde en el estrado del toreo que, en realidad, no es otro que la cumbre de su propio arte. Finalizada la feria, acreedor del prestigioso trofeo Manolete, con toda seguridad, el diestro cordobés se sentiría feliz de poder entregar su trofeo a un diestro singular y artista llamado Curro Díaz.